Tundra

Las regiones en condiciones extremas, con escasas lluvias y temperaturas altas o bajas, son el hogar de especies animales y vegetales que constituyen un ejemplo de adaptación de los organismos, La tundra se extiende por áreas más septentrionales de Eurasia y Norteamérica, llegando a la península de Escandinavia al sur de Noruega, aunque el clima se suaviza por la influencia de las aguas oceánicas, la temperatura oscila de-15 °Ca+5 °C.

Sin superar la del mes más cálido de promedio 5°-10 °Cde9 a10 meses, el suelo es helado y su deshielo en verano es solo parcial, y las aguas se acumulan en cenagales y pantanos.

Las lluvias son escasas, de300 mmanuales, aunque las bajas temperaturas hacen que la humedad sea elevada. El suelo, escaso, es pobre por falta de nutrientes causada por el reducido aporte de elementos orgánicos.

Es frecuente la formación de turberas de esfagnos, cuyos restos se acumulan para formar montículos que destacan en el paisaje.

La flora es escasa por las condiciones del terreno, las formas arbóreas o arbustivas aparecen en los límites con la taiga. Los mamíferos fitófagos son escasos en especies, pero sus poblaciones pueden ser enormes, como con los lemmings.

Son  importantes las liebres árticas y los renos. Éstos realizan migraciones siguiendo los ciclos de la vegetación y buscando pastos. También los lobos se desplazan en estas regiones, no son sedentarios.

El lince nórdico, el zorro boreal y el oso polar del ártico, son depredadores que encuentran sustento todo el año. Se resalta la existencia de un ungulado adaptado al frío, el buey almizclero.

De los invertebrados destaca  casi exclusivamente la presencia de mosquitos, que en enjambres aprovechan los escasos días tibios del verano de la tundra para completar su ciclo. Sin duda las aves son los representantes más variados de la fauna.

Cerca de aquellas con residencia habitual, como el búho nival, el halcón gerifalte, el ansar nival, el colimbo ártico y perdiz nival, las especies viajeras del sur hayan el medio muy adecuado para anidar y reproducirse. Antes del crepúsculo ártico, bandadas de aves abandonan la tundra y la actividad parece cesar.

Pero los habitantes invernales, enterrados bajo la nieve como los lemmings o activos durante la ventisca, han adaptado su organismo a las condiciones de este nicho ecológico.