Valoración de la diabetes en el embarazo

1. Observación de signos y síntomas
2. Antecedentes familiares y personales
3. Signos vitales (sobre todo T.A.).
4. En todas las visitas los resultados de las pruebas sanguíneas.
5. Determinación de alfa fetoproteínas en suero ya que entre los hijos de madre diabética hay mayor incidencia de defectos del tubo neural.

Se realiza en la semana 16ª a 18ª, y si la cifra es elevada es indicativa de anomalía congénita como por ejemplo la espina bífida, que es un defecto del cierre de la columna vertebral que hace que halla un prolapso de la médula espinal.

Luego esta proteína (que la produce el hígado del feto) aparece en exceso en el líquido amniótico y en el suero materno. Se recomienda amniocentesis.

6. Determinación de Hb glicosilada, el porcentaje de hemoglobina glicosilada en embarazo normal es 6-8%.

En función de esto nos hacemos una idea de los niveles de glucosa en sangre en la 4-6-8-10 semanas anteriores, ya que esta Hb se une a glucosa y permanece hasta 6 meses en sangre.

7. Componente psicosocial de la embarazada (si acepta o no la enfermedad, la familia, etc.).

Diagnósticos de enfermería

1. Alteración del metabolismo de los carbohidratos en relación con la diabetes.
2. Déficit de conocimientos para el cuidado personal o autocuidado en relación a la diabetes durante el embarazo.
3. Perturbación del concepto personal en relación a las complicaciones del embarazo (por si hay malformaciones congénitas).
4. Alteración de la irrigación úteroplacentaria.
5. Alto riesgo de infecciones vaginales.
6. Alto riesgo de afectación de la integridad cutánea (estrías, prurito).
A veces la diabetes gestacional se relaciona con polihidramnios, aunque no se sabe el mecanismo de producción.

Intervenciones de enfermería

1. Control de la nutrición, las necesidades energéticas son las mismas que en un embarazo normal (principios inmediatos equilibrados 50% de hidratos de carbono de absorción lenta, 30% de grasas y el resto 20% de proteínas; ingesta calórica 2200-2400 calorías diarias o en casos extremos 1500-1800 calorías). Hará una pequeña ingesta antes de acostarse para que no haya hipoglucemias durante la noche.

2. Administración de insulina; a veces no hace falta, basta con ajuste de la dieta. Si se administra se hace de manera que se mantengan unos buenos niveles en sangre.

Para ello hay que individualizar la dosis de insulina (mañana 2/3 partes y noche 1/3 parte, o mañana, tarde y noche; también dependerá del trimestre de gestación en que nos encontremos). Los antidiabéticos orales atraviesan la placenta y son teratógenos para el feto.

3. Vigilancia continua de glucosa en sangre y en orina mediante dextrómeros (autocontrol y medidas diarias).

4. Ejercicio moderado para que no haya hipoglucemias debido a que el músculo gasta la glucosa.

Se recomienda haber comido vegetales (que tienen hidratos de carbono de absorción lenta) que vayan reponiendo la glucosa.

5. Consideraciones obstétricas, no suelen ser embarazos que lleguen a término y se programa el parto ya que afecta a los vasos úteroplacentarios, y por lo grande del niño.

En el trabajo del parto se determinan los niveles de glucosa cada hora y se pone insulina y sustancias nutritivas (dos vías, una con solución de fructosa con fines energéticos, y otra con solución salina para poner la insulina).

Terminado el parto los niveles de insulina descienden y hay que reajustar los requerimientos. La lactancia materna debe fomentarse ya que a veces mejora la glucemia de la madre.

El recién nacido de madre diabética es de alto riesgo por posibles trastornos metabólicos o respiratorios.

Evaluación

Nos debemos preguntar y considerar lo siguiente:

1. Comprende el efecto de su enfermedad sobre embarazo, parto y puerperio.
2. Reconoce síntomas.
3. Implanta el tratamiento.
4. Existe una buena irrigación materno-fetal.
5. Comprobar el desarrollo del parto y el bienestar del recién nacido.

Fuente: Apuntes y notas de enfermería materno infantil del Conalep