Feudalismo es la denominación historiográfica del sistema político predominante en la Europa occidental de los siglos centrales de la Edad Media (Plena Edad Media, entre los siglos IX al XIII):, caracterizado por la descentralización del poder político; al basarse en la difusión del poder desde la cúspide (donde en teoría se encontraban el emperador y los reyes) hacia la base.
Es habitual emplear la expresión «pirámide feudal» como analogía para explicar didácticamente las relaciones sociales creadas por el feudalismo, y que se prolongaron mucho más en el tiempo con la sociedad estamental del Antiguo régimen, en un contexto histórico marcadamente diferente al de su origen.
Entre sus principales características encontramos:
– El predominio de la agricultura como base de la economía
– El desarrollo de la economía de autoconsumo
– El poder absoluto del señor feudal en sus dominios
– La existencia de grupos sociales privilegiados
– El gran poder religioso y político de la Iglesia Católica
– El predominio de la vida rural frente a la urbana.
El señor feudal poseía poderes absolutos en su feudo, pero a su vez, estaba o podía estar sometido a otro señor feudal, de quien recibía el feudo y a quien debería obedecer. La sociedad feudal era como una pirámide en cuya cúspide se encontraba el rey; después de él, bajo su autoridad estaba la alta nobleza (duques, condes, marqueses), seguían los señores feudales y en último lugar los siervos y villanos.
Ante el caos económico y la inseguridad, la vida urbana casi desapareció y sólo subsistieron núcleos en torno a lugares protegidos como los castillos. La cultura se limitó a los monasterios y escuelas episcopales.
La Iglesia se vio hondamente afectada por tales realidades y como, consecuencia sobrevino un periodo de debilidad y crisis que culminó con la aparición de dos iglesias cristianas: la Iglesia de Roma, dirigida por el papa, y la glesia Ortodoxa.
A finales del siglo XI, surgen ya como idiomas escritos las llamadas «lenguas romances o románicas». Entre ellas encontrarnos: el francés, el italiano, el español y el portugués.