Aclarar el habla
Aclarar el habla significa llevar, no tanto a ella, sino a nosotros al lugar de su esencia: reunión en la apropiación.
Reflexionar sobre el habla y sólo sobre ella. El habla misma es: el habla y nada fuera de ella. El habla misma es el habla.
El entendimiento, que ha aprendido de la lógica, que todo lo calcula y que es en consecuencia frecuentemente altanero, llama a esa frase una tautología que no dice nada. Decir simplemente dos veces lo mismo: habla es habla ¿cómo se progresa con eso? No queremos, sin embargo, progresar. Quisiéramos solamente llegar una vez allí a donde ya residimos.
Por eso meditamos: ¿qué sucede con el habla misma? Por eso preguntamos: ¿cómo llega a la presencia el habla en tanto habla? Contestamos: el habla habla ¿Es ésta seriamente una respuesta? Presumiblemente sí, cuando viene a la luz lo que significa hablar.
Meditar sobre el habla exige en consecuencia que entremos al hablar del habla para instalarnos en la morada del habla, es decir, en su hablar, no en lo nuestro.
Sólo así llegaremos al ámbito dentro del cual sucederá o no sucederá que desde él el habla nos dirija su llegar a la presencia. Dejamos el hablar al habla. No desearíamos ni fundamentar el habla desde algo que no sea ella misma ni desearíamos aclarar otra cosa a través del habla.
El 10 de agosto de 1784 escribe Hamann a Herder (Hamanns Schriften, Ed. Roth VII, p. 151 y sig.):
“Así fuera yo tan elocuente como Demóstenes, no podría sino repetir tres veces una sola palabra: razón es habla, lógos. Roo este hueso con tuétano y me moriré royéndolo.
Siempre ha sido y sigue siendo para mí oscura esta profundidad; espero todavía a un ángel apocalíptico con una llave para este abismo”.
Para Hamann consiste ese abismo en que la razón es habla. Hamann retorna al habla en su intento por decir, lo que sea la razón. La mirada sobre ella cae en la profundidad de un abismo. ¿Consiste ese abismo sólo en que la razón reposa en el habla o el habla misma es el abismo? Hablamos de abismo allí donde desaparece el fundamento y nos falta un fundamento, en la medida en que buscamos el fundamento y nuestro objetivo es llegar a un fundamento.
Pero ahora no preguntamos por lo que sea la razón sino reflexionamos sobre el habla y tomamos como señal conductora la extraña frase:habla es habla.
La frase no nos lleva a algo distinto en donde se fundamentaría el habla. No dice tampoco nada sobre si el habla misma sea un fundamento para otra cosa. La frase: habla es habla nos deja suspendidos sobre un abismo mientras nos mantenemos en lo que ella dice.
El habla es: Habla. El habla habla. Si nos dejamos caer en el abismo que nombra esa frase, no nos precipitamos al vacío. Caemos en lo alto cuya altura abre un profundidad. Altura y profundidad, las dos recorren un paraje en el cual quisiéramos sentirnos en casa y encontrar la residencia para esencia del hombre.
Reflexionar sobre el habla significa: llegar de tal manera al hablar del habla que él acontezca, como lo que otorga la residencia a la esencia de los mortales.
¿Qué significa hablar? La opinión corriente establece: hablar es la acción de los órganos de la voz y del oído. Hablar es la expresión sonora y la comunicación de los sentimientos humanos. Estos son dirigidos por pensamientos.
Fuente: Apuntes Análisis del discurso visual de la U de Londres