Activos del del patrimonio familiar
Al hablar de los recursos de la empresa familiar, vamos a encontrar que estos guardan una situación muy sui géneris, ya que en la mayoría de los casos no existe una clara separación entre lo que es de la empresa y lo que forma parte del patrimonio familiar, así tenemos que los activos que van a conformar el patrimonio familiar se dividen en:
1. Activos vivos son aquellos que conforman las acciones o propiedad de la empresa, y que están en constante actividad y movimiento. Requieren del control personal del emprendedor o sus familiares. Son, en suma, los que conforma la empresa familiar.
2. Activos muertos son bienes que tienen un valor intrínseco que puede crecer o no, pero que el emprendedor adquirió como inversión externa a la empresa familiar y sobre el crecimiento de los cuales generalmente no puede hacerse gran cosa.
Son los bienes inmuebles, casas, oro, bonos, joyas, arte, acciones cotizadas en bolsa, cetes y otros. El crecimiento (o reducción) del valor de este patrimonio no está bajo control de nadie. Son también menos sujetos a controversias, ya que en muchos casos se cotizan en el mercado libre.
3. Los activos híbridos son aquellos que están, de alguna manera, ligados a la empresa, aunque tengan su valor propio. Por dar un ejemplo, si el negocio le paga renta al emprendedor por un bien inmueble de su propiedad, separado de los activos de la organización.
También, si la familia puso vehículos dentro de la empresa, pero en realidad se usan en forma personal. Son como se pueden ver, bienes que por razones fiscales, laborales, etcétera, se manejan en forma no totalmente clara y que al constituir parte del patrimonio global pueden causar trastornos en caso de sucesiones, peleas entre familiares, etcétera.
Habiendo hecho esta división un tanto arbitraría, pero necesaria para planear correctamente el patrimonio del emprendedor, hay que seguir una estrategia que tome en cuenta a todos en la familia. El reinvertir todo en activos vivos es muy riesgoso, aunque en ciertas épocas es indispensable para sobrevivir.
Ya estable el negocio, debe existir el plan de ahorro e inversión en activos muertos, que le dé cierta variedad al patrimonio. Es, simplemente, no poner todos los huevos en una canasta. Finalmente, la compra de activos separados de la operación de la empresa, pero de alguna manera parte de ella (“híbridos”), se hace frecuentemente, pero debe estar bien fundamentada, sobre todo definida su utilidad y uso posterior.
Así, el emprendedor si quisiera vender el negocio deberá definir qué hace con el local de su propiedad (rentarlo o venderlo como parte de un paquete, etc.) o con los activos que por razones fiscales incluyó en la empresa y que rigurosamente son parte de ella.
Fuente: Apuntes de Administración de Pymes de la FCA de la UNAM