Animales domésticos
Al parecer, los homínidos eran omnívoros, aunque con dieta al eran invertebrados, huevos y alguna presa de pequeño tamaño. Con la evolución de sus capacidades físicas y aptitudes intelectuales se convirtieron en cazadores que mataban animales de gran tamaño. La dieta era entonces carnívora. La invención de la agricultura permitió a los seres humanos cultivar sus alimentos.
La caza se convirtió en complemento de la dieta vegetal, pero, se produjo un fenómeno que se designa como parasitismo a una especie.
El hombre dejó de matar a algunos animales y obtuvo de ellos leche y otros productos. Al sacrificar animales para consumir su carne, tenía nuevas crías que perpetuaban el suministro; el hombre se convirtió en parásitos de ciertas especies (caballos, ovejas, vacas, cerdos, gallinas).
Así, aparecieron los animales domésticos, como efecto perjudicial nació el utilitarismo de la naturaleza y el ser humano tomó la potestad de disponer de todos los seres vivos, clasificándolos en útiles perjudiciales.
Así, del espectro zoológico de la tierra surgió un animal (Homo sapiens sapiens) capaz de utilizar a los demás en su beneficio o de aniquilarlos.
La domesticación se ha ido extendiendo a numerosas especies y hoy se ha convertido en un proceso industrial que ha provocado protestas de defensores de la naturaleza y que culminó con la declaración universal de los derechos del animal, que impide (en teoría) torturar y destruir a los seres vivos, limitando la posibilidad de utilizar animales en experimentos de laboratorio sólo a casos estrictamente necesarios.