Animales en peligro de extinción
El psicólogo alemán Erick Fromm, acertadamente, definió al homo sapiens, como «homo consumens», debido a su exagerada propensión al consumismo. Esta característica humana ha provocado severas alteraciones del medio ambiente, porque durante la producción y el consumo de la mayoría de las cosas que utiliza el hombre, se generan inmensas cantidades de gases, sustancias, basura y residuos tóxicos, que envenenan el aire, el agua y el suelo.
Muchas especies animales y vegetales han desaparecido o su población se ha reducido de alarmante modo, por los daños que les causa la contaminación. Además, el hombre ha saqueado, infestado y destruido un enorme número de habitantes naturales, para aprovechar sus recursos o para establecer en esos sitios diversas clases de asentamientos humanos. No existe ningún ambiente natural que no haya sido afectado por el hombre, de manera directa o indirecta.
Paradójicamente, todas estas acciones encaminadas a elevar su nivel de vida y satisfacer sus necesidades esenciales y superfluas, empiezan a amenazar su propia existencia, y él mismo ha provocado graves problemas, que ahora no puede resolver, como peligro nuclear, escasez de recursos energéticos, niveles intolerables de contaminación de agua, aire y suelo, sobre población, desertización, hambre, epidemias, desempleo, etc.
En lo que a los animales respecta, las especies y subespecies están divididas en cinco categorías, según la gravedad de su situación: 1) especies en peligro de extinción, 2) especies vulnerables, que podrían pasar fácilmente a la primera categoría; 3) especies raras, que forman poblaciones muy pequeñas; 4) especies fuera de peligro, que son las que estuvieron muy cerca de la extinción, pero se tomaron medidas adecuadas para protegerlas; y 5) especies en situación indeterminada, sobre las que no se posee suficiente información y se ignora si corren algún riesgo.
Es importante aclarar que las extinciones son procesos naturales que se han efectuado continuamente desde que aparecieron las primeras formas de vida en el planeta, debido a la transformación de los seres y el reemplazo de unos por otros. Ningún ser vivo conserva siempre los mismos caracteres, sino que va evolucionando lentamente en cada generación, hasta que se convierte en un individuo totalmente distinto a sus antepasados.
Algunas especies desaparecen, durante su proceso evolutivo, si su hábitat sufre modificaciones, y no pueden adaptarse a las nuevas condiciones físicas o climatológicas, o si otros seres más hábiles que ellos les quitan el alimento o los devoran. Esta preeminencia del más fuerte sobre el más débil fue analizada y denominada Selección Natural, por el científico inglés Carlos Darwin.
También muchos animales se han extinguido por enfermedad, por escasez de alimentos o por causas desconocidas. Sin embargo, el acelerado proceso de extinción que actualmente se lleva a cabo en el mundo no obedece a causas naturales, sino a la intervención del hombre, y a él corresponde detenerlo.
Las depredaciones cometidas por el animal más inteligente de la tierra son motivadas por diversos factores, de entre los que destacan la matanza incontrolada, e incluso ilegal, de animales que servirán como alimento; la destrucción de los hábitats naturales; la contaminación o alteración de otros hábitats, el aniquilamiento de fieras a las que teme el hombre, el traslado de animales a sitios que no les son propicios.
La cacería y la pesca deportivas que, por fortuna, se han prohibido en muchos países, el tráfico ilegal de especies raras, el sacrificio de numerosas especies para utilizar su piel, cuernos o colmillos, en la fabricación de adornos, joyas, prendas de vestir y accesorios, el empleo de pesticidas y fertilizantes químicos, que envenenan los suelos y aniquilan a las criaturas que los habitan; y, por último, vale la pena mencionarla lamentable tendencia ala superstición de algunas personas que les adjudican poderes diabólicos a los gatos, lobos, chacales, cabras, serpientes, búhos y murciélagos.