Aparato digestivo de los vertebrados
La boca de la mayoría de los grupos, salvo los ciclóstomos, dispone de mandíbulas y es la porción que más diferencias presenta entre las distintas especies, en función de sus modos de vida. En muchos existe una lengua, que en los tetrápodos es móvil, es frecuente la presencia de labios. La parte superior de la cavidad bucal forma el paladar que la separa de la cavidad nasal, con la que se une por aberturas internas (coanas).
Para sujetar presas y despedazarlas, las mandíbulas llevan dientes, salvo tortugas y aves. La dentadura es homodonta, dientes del mismo tipo, o heterodonta, con diversos clases de dientes (incisivos, caninos, molares y premolares). El esófago es un tubo que lleva el alimento hasta la sección digestiva del aparato. En las aves está ensanchado formando un divertículo (buche) que sirve para almacenar alimento y a veces para una digestión previa. El estómago guarda el alimento, lo desmenuza mecánicamente y lo somete a la acción química de los jugos (fermentos ácidos) que secreta.
Puede ser simple o dividido en numerosas cámaras, por ejemplo en los rumiantes. El intestino, fijo a las paredes de la cavidad corporal se divide en porciones, y su función es digerir el alimento y absorber los nutrientes, que pasan a la circulación sanguínea. E1 hígado es una glándula anexa al intestino que no participa en la digestión, actúa como centro de asimilación y disimilación en el metabolismo, y como órgano de reserva. El páncreas, además de fermentos digestivos, produce hormonas.