Aparato genital femenino
Los genitales externos femeninos, es decir aquellos que pueden observarse a simple vista, se conocen con el nombre de vulva y comprenden los labios mayores, los labios menores, el clítoris, el vestíbulo vaginal, las glándulas de Bartholino y el periné. Los labios mayores se llaman así porque cierran toda esta estructura de forma parecida a como lo harían unos labios. Corresponden a lo que en el hombre es el escroto.
En realidad son dos gruesos pliegues de piel, redondeados, cuyo tamaño puede variar considerablemente de una mujer a otra. En su parte interna la piel es fina y sin pelos, mientras que la piel de la superficie externa es rica en glándulas sudoríparas y sebáceas y esta recubierta de pelo.
En su parte superior se unen para formar el Monte de Venus que esta cubierto por el vello pubiano y se halla situado delante de la sínfisis del pubis, entre las ingles. Los labios menores, también llamados ninfas, se encuentran por dentro de los mayores y por lo general son asimétricos.
Corresponden a lo que en el hombre es la piel del pene y experimentan importantes cambios cuando la mujer se excita sexualmente. En su interior poseen un núcleo de tejido conectivo esponjoso y vascular y su superficie está formada por una piel delgada y rojiza, en forma de cresta de gallo, que contiene grandes glándulas sebáceas.
En el fondo del espacio delimitado por los labios menores se hallan el meato urinario y el orificio inferior de la vagina. En su parte anterior se adelgazan, dividiéndose en dos ramas; las internas formarán el frenillo del clítoris y las externas se unirán para formar el prepucio del clítoris.
El clítoris es un órgano único, eréctil, de suma importancia para la sexualidad femenina ya que, a diferencia de la vagina, está dotado de gran cantidad de terminaciones nerviosas de tipo sensitivo. Se halla en la parte anterosuperior de la vulva y mide aproximadamente de4 a5 mm., tanto longitudinal como transversalmente, si bien es posible observar grandes variaciones de una mujer a otra.
Está formado por dos cuerpos de estructura cavernosa envueltos en una densa membrana fibrosa que contiene fibras elásticas y musculares lisas.
La irrigación arterial y venosa del clítoris sigue la misma distribución que la del pene, si bien los vasos son de menor calibre. La zona por debajo del clítoris se conoce con el nombre de vestíbulo vaginal. En ella se halla el meato urinario, por donde desemboca la uretra, y, algo más abajo, el introito vaginal o entrada de la vagina.
En el inicio del canal vaginal se encuentra el himen que es una fina membrana muy rica en vasos sanguíneos. El himen tiene un pequeño orificio para poder dar salida ala sangre durante la menstruación. Con la introducción del pene erecto, el himen se rasga produciendo, por lo general, un pequeño sangrado. Los restos de himen que quedan pegados a la pared vaginal se conocen con el nombre de carúnculas mirtiformes y desaparecen cuando la mujer ha dado a luz.
El himen había sido considerado por algunas culturas como garantía de virginidad, hasta tal punto que, para algunas mujeres, el hecho de no sangrar en su primer coito podía acarrearles serios problemas. Asimismo, en determinadas sociedades existía la costumbre de exponer al exterior la sabana manchada de sangre la mañana después de la noche de bodas, a fin de que familiares y vecinos pudieran comprobar que el hombre no había sido engañado y se había casado con una mujer virgen.
En la actualidad, estas prácticas están cayendo en desuso fundamentalmente por dos factores: por un lado, se sabe que el himen puede rasgarse de varias maneras, entre ellas haciendo determinados ejercicios físicos, y también que algunas mujeres nacen sin esta membrana; por otro lado, la tendencia a la equiparación entre los dos sexos ha motivado que cada vez se tenga menos en cuenta la virginidad.
Con todo, en determinados lugares aún es posible encontrar algunos grupos minoritarios que siguen fieles a esta bárbara costumbre. En la parte posterolateral del vestíbulo se encuentran las glándulas de Bartholino, una en cada uno de los labios menores.
Tienen el tamaño de un guisante y segregan una pequeña cantidad de líquido mucoso que tradicionalmente se habla creído que contribuía a lubricar la vagina durante el coito; sin embargo, los estudios científicos más recientes han puesto de manifiesto que el papel de estas glándulas en la lubricación vaginal no es tan importante como se habla creído.
Aunque desde el punto de vista anatómico el periné es todo el suelo de la cavidad abdominal, en clínica se conoce con este nombre la región que separa la vulva del ano. En la descripción de los genitales internos se suele seguir el itinerario que recorre el óvulo desde que, una vez maduro, abandona el ovario hasta que es expulsado durante la menstruación.
Los ovarios son dos pequeñas estructuras, en forma de almendra de color gris claro y brillante, situados a ambos lados del útero y un poco por detrás. Miden de3 a5 cm., de largo, por 2 ó3 cm., de ancho y de1 a2 cm., de grueso. La superficie es lisa durante la edad infantil pero se vuelve rugosa con los años, debido a las numerosas cicatrices que se producen en cada regla cuando el folículo se rompe para dejar salir al exterior el óvulo en el contenido. La estructura interna del ovario varia constantemente en íntima relación con el ciclo menstrual.
Los ovarios de una recién nacida contienen entre 300,000 y 500.000 folículos primordiales y en cada, uno de ellos existe un óvulo inmaduro. Durante los años que transcurren entre la pubertad y la menopausia sólo alcanzan la madurez unos 500 de estos folículos los restantes se atrofian.
El proceso de maduración comprende distintas fases hasta convertirse en el folículo de De Graaf, momento en el cual se produce la rotura y expulsión del óvulo.
Este fenómeno se conoce con el nombre de ovulación y tiene lugar aproximadamente el día 14 del ciclo menstrual. A diferencia del testículo, que genera millones de espermatozoides, el ovario sólo produce un óvulo cada mes. El folículo, una vez expulsado el óvulo, se convierte en el cuerpo amarillo o lúteo el cual degenera al cabo de unos ocho días, dando lugar al cuerpo albicans, llamado así por su color blanquecino. Aparte de la producción de los óvulos, el se ovario posee otra importante función que es la secreción de hormonas sexuales femeninas (estrógenos y progesterona).
Las trompas de Falopio son dos estructuras largas y delgadas que conectan los ovarios con el útero. Miden unos10 cm., de largo y constan de dos partes, una de aspecto tubular y otra en forma de embudo, llamada pabellón o infundíbulo.
Cuando el óvulo es expulsado por el ovario, es recogido por la parte infundibular de la trompa y transportado hasta el útero.
La fecundación, es decir el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo, ocurre en la porción ampular de la trompa. El útero o matriz es un órgano único situado en el centro de la pelvis, entre el recto y la vejiga urinaria.
Tiene la forma de una pera invertida de unos 7 u8 cm., de longitud y lo rodean toda una serie de ligamentos que lo sujetan y relacionan con los restantes órganos de la pelvis. Se divide en tres partes: cuerpo, istmo y cuello. El cuerpo es la porción más voluminosa y en ella desembocan las trompas.
El istmo es la parte más corta y separa el cuerpo del cuello. El cuello es la zona que desemboca en la vagina, formando el llamado hocico de tenca. El útero posee una pared muy elástica formada por diversas capas musculares, la más interna de las cuales se llama endometrio. A lo largo del ciclo menstrual, la capa mucosa del endometrio sufre una serie de transformaciones debidas a las hormonas segregadas por los ovarios.
En la primera parte del ciclo, crece en espesor debido al aumento del número de sus glándulas y ala dilatación de sus vasos sanguíneos, por efecto de los estrógenos y la progesterona.
Más tarde, si el óvulo no ha sido fecundado, el nivel de estas hormonas desciende y tiene lugar una necrosis con la consiguiente descamación hemorrágica del endometrio, que se conoce con el nombre de menstruación.
La vagina es un órgano único músculo-membranoso, situado entre el intestino recto y la vejiga urinaria, que se extiende desde el útero hasta la vulva.
Tiene forma cilíndrica y mide unos9 cm., de longitud. Sigue un trayecto rectilíneo hacia abajo y adelante, describiendo un ángulo obtuso con el cuello de la matriz. Sus paredes, de una extraordinaria elasticidad, están formadas por diversas capas que varían en función del estado hormona. La parte interna está constituida por una mucosa áspera y rugosa que presenta unas arrugas transversales características.
Éstas son más numerosas en las mujeres jóvenes que no han dado a luz. En situación normal, las paredes de la vagina contactan entre si y sólo se separan cuando la mujer se halla menstruando o bajo los efectos de la excitación sexual. Existen algunas falacias en torno a la importancia que puede tener el tamaño de la vagina en la obtención de placer sexual durante el coito, tanto para el hombre como para la mujer.
Así, se ha dicho que las mujeres con una vagina demasiado distendida no sienten el contacto del pene o, en ocasiones, que éste no resulta lo suficientemente excitante; de forma recíproca, el hombre no alcanza la excitación que obtendría con una vagina más estrecha; por otra parte, también existe la creencia de que las vaginas de tamaño reducido ocasionan dolor a la mujer en el momento de la penetración. Masters y Johnson estudiaron la funcionalidad de este órgano.
En primer lugar observaron que las dificultades de acomodación que pueden presentar algunas vaginas estrechas son debidas a que muchas parejas tienen la costumbre de proceder a la penetración demasiado pronto sin dar tiempo necesario a que se produzca la distensión involuntaria de la vagina.
Asimismo vieron que, en la fase de meseta de la respuesta sexual, la vagina se expande de tal forma que muchas mujeres, independientemente del tamaño del pene, tienen la sensación de perder su contacto. En otras palabras, el otorgar mucha importancia al tamaño de la vagina no hace más que perjudicar el buen curso de la relación sexual.
Las vaginas pequeñas se distienden enormemente y pueden albergar incluso los penes más grandes; en cuanto a las vaginas más anchas, si realmente el pene queda poco sujeto, siempre es posible adoptar otras posiciones coitales que permitan a la mujer ejercer presión con los muslos. Aunque no tan extendido, también existe el mito de que el pene puede que quede atrapado en la vagina y que sea imposible retirarlo; este es un fenómeno extraordinariamente raro en los seres humanos que se observa, en cambio, con relativa frecuencia en los perros.
Las mamas. Aunque no forman parte del aparato genital femenino, su participación en la sexualidad es tan importante que merecen que nos detengamos en su estudio. Las mamas acostumbran a ser un elemento relevante para la atracción erótica del hombre, aunque las formas y tamaños preferidos pueden variar de forma notable de una cultura a otra o incluso de una época a otra, en función de la moda,
Por otra parte, la estimulación manual u oral de las mamas es una fuente de placer para la mujer mediante la cual se incrementa su excitación sexual y, en algunos casos, es capaz por si sola de conducir al orgasmo.
También es cierto, sin embargo, que para algunas mujeres esta estimulación puede resultar desagradable, especialmente en los días anteriores a la menstruación en los que es posible incluso que llegue a ser dolorosa