Barreras y brechas de la comunicación
Cualquier fenómeno que presenta una continua modificación al través del tiempo, la cual se traduce en una operación permanente, una relación cambiante, cuyos componentes o partes interacciones se influyen recíprocamente, es un proceso. En este orden de ideas, la comunicación es un proceso.
El estudio del proceso de comunicación, como todo proceso supone detener su dinámica, para analizar cada uno de los elementos, sin olvidar que al desglosarlos y enumerarlos apenas se obtiene una visión fragmentada del concepto, la cual no explica la urdimbre de interrelaciones que proyectan en su verdadera naturaleza.
El hecho de que la comunicación sea acción que en todo tiempo es realizada por hombres y que en alguna medida alcanza sus propósitos, contribuye a crear la falsa apreciación de lo que es un fenómeno simplista, y nada hay mas lejos de la realidad. La comunicación es un fenómeno altamente complejo y que precisa acuciosas investigaciones. El interés que despierta ha producido muchos intentos para desarrollar modelos de procesos, descripciones y listas de sus ingredientes, aplicando analogías que facilitan la comprensión del problema. Hay numerosos ejemplos de modelos y ninguno de ellos puede catalogarse como absolutamente valido. En razón de su correspondencia con el estado actual de las aportaciones acerca de la comunicación, resultan de mayor o menor utilidad.
Es posible, sin embargo, presentar un esquema tendiente a considerar todas las etapas que comúnmente se reconocen como elementos formativos del proceso.
Algunos autores, partiendo de la existencia de un transmisor de un receptor, destacan los siguientes elementos:
Forma. Medios que se utilizan para la comunicación.
Contenido. Objeta ella comunicación; material que se trasmite, administrativa debe acompañado de un plan para comunicarlo a quienes incumba, y consecuentemente la comunicación efectiva requiere:
Un emisor: debe poseer una comprensión adecuada y un cuadro vivido de lo que se desea comunicar;
Una transmisión: preparación y determinación de oportunidad, medios y personas para su operación;
Un receptor: capta la comunicación y se espera su aceptación y comprensión del mensaje, y
Un procedimiento: sigue el curso de comunicación y constata su efectividad.
Medios para superar los obstáculos (barreras o interferencias que impiden o entorpecen la comunicación).
Aplicar la retroacción y buscar en lo posible la confrontación de persona, son quizá los medios más visibles para favorecer la comunicación. Junto con todos las demás medidas que se adopten para mantener el equilibrio en el proceso comunicativo, representan, en este caso, la homeostasis.
Deben evitarse actitudes o tendencias como:
– Escuchar sin oír.
– Prejuicios.
– Influjo del estado emocional.
– Inclinación a ignorar puntos de vista de otras personas.
– Pretender comunicación sin un plan.
– No consultar.
– No revisar información.
– No verificar presentación.
– No perseguir la comunicación hasta su destino.
– Exponer subjetivamente los hechos.
– Acrecer los sentimientos propio.
– Ignorar los sentimientos ajenos.
– Despertar recelos.
– Celar los secretos del puesto.
– Valorar o formar juicios precipitados.
– Restar importancia a las ordenes.
– Confundir lo real con lo imaginario.
– Resistirse a aceptar información que contradice lo que supuestamente ya se sabe.
Es conveniente considerar también, que tal vez pocos conocimientos como aprender a escuchar, nos conduzcan a la eficiencia, mayor productividad y nos brinden una gratificación emocional, de lo alto en contenido estimulante.
Fuente: Apunte de Comunicación Administrativa del Instituto Tecnológico de la Paz