Catabolismo
El catabolismo es la fase degradativa del metabolismo, a través de la cual las moléculas nutritivas procedentes del medio exterior, de la digestión o de las propias reservas de la célula sufren una serie de reacciones escalonadas hasta dar productos finales muy sencillos utilizables por la célula para la biosíntesis de otros componentes celulares o para la respiración celular. Toda célula viva debe extraer energía libre de los nutrientes.
Por la acción fotosintética de la clorofila las plantas transforman la energía solar en energía química y la almacenan en forma de compuestos orgánicos, reteniendo dióxido de carbono y liberando oxígeno.
Los enlaces químicos de las moléculas orgánicas representan energía almacenada o potencial, una parte de la cual es empleada por la planta para sintetizar otros componentes propios en un proceso de respiración que realiza durante la noche: los brotes en crecimiento desprenden grandes cantidades de CO2, mientras que el o es absorbido por difusión en todas las partes de la planta (incluidas las raíces).
Los animales obtienen su energía mediante la respiración celular, a través de la cual las células extraen energía presente en la glucosa, ácidos grasos y otros compuestos orgánicos, utilizando oxígeno y eliminando dióxido de carbono y agua.
Una pequeña parte de esa energía se transforma en calor, pero la mayor parte es almacenada en forma biológicamente útil. Esta oxidación controlada de la molécula de nutriente pasa por una cadena de enzimas en la que cada una cataliza una parte de la oxidación total, en una secuencia que suele dividirse en dos partes: en una primera fase la molécula original se escinde en unidades de dos átomos de carbono; luego éstas son oxidadas a dióxido de carbono y agua.
La ruta de la primera fase es diferente según se trate de un glúcido, un lípido o una proteína, pero la segunda es la misma para todos los casos.