Civilizaciones chinas
La dinastía de Sung, a partir de 960, toca a la dinastía Sung emprender la unificación del imperio chino. T’ai-tsu, fundador de esta dinastía, llegó a dominar los estados del sur, sometiendo a sus gobernantes. Para lograr esta unidad, fue necesario introducir un aparato burocrático firmemente centralizado. Para ello reformó los sistemas de recaudación de impuestos y amplió la supervisión estatal sobre las actividades económicas.
Durante este periodo se produjeron cambios económicos de importancia: gracias a la implantación de nuevas obras de regadío, la producción agrícola se incremento; con la apertura de vías de comunicación, la minería y la industria artesanal se vieron grandemente beneficiadas.
En lo que respecta al ámbito religioso, el confucionismo sigue siendo la base de la ideología oficial; sin embargo en los sectores populares se empieza a extender el budismo.
En la literatura muchas fueron las obras que se escribieron. Se produjeron libros de poesía, de historia, biografías de personajes notables y tratados referidos a cuestiones científicas y militares. Aparecen dos tipos de textos, los manuscritos y los impresos con el sistema de tipos fijos de madera.
La dinastía Sung se origina el tradicional arte de la pintura y el dibujo en tinta. Entre sus artesanías destacan la loza vidriada y las célebres porcelanas azules.
La dinastía Tang (618-907): La fuerza económica y militar del Imperio Tang se basaba en un sistema de reparto equitativo de la tierra para la población adulta masculina.
El impuesto agrícola per cápita que pagaban los propietarios por cada parcela de tierra era la fuente principal de ingresos para el gobierno y el servicio militar periódico que se les exigía era la base del poder militar Tang.
Sin embargo, surgieron dificultades porque el gobierno seguía exonerando a los estados libres de impuestos y hacía grandes concesiones de tierra a aquéllos que les eran favorables.
Como resultado del crecimiento de la población hacia el siglo VIII, los propietarios de parcelas individuales heredaban unos terrenos de tierra muy reducidos, pero el impuesto anual mantenía su cuantía, por lo que los campesinos abandonaban sus parcelas, reduciendo de ese modo los ingresos del Estado y mermando la eficiencia de las fuerzas armadas.
Las áreas fronterizas ya no podían estar protegidas por las fuerzas militares, por lo que se encargó su defensa a tropas no chinas dirigidas por un sistema en el que tenían grandes privilegios los jefes militares.
Los pueblos bárbaros de Asia central y de las regiones septentrionales, fueron una constante amenaza para las fronteras de este imperio.
A principios del siglo X el imperio pasaba por una fase de debilidad y de desunión; este factor facilitó la conquista de las fronteras del norte, por diversos pueblos bárbaros:
– El pueblo bárbaro de los Kitanes, constituyó el reino de Liao. Estos extendieron sus territorios hacia otras regiones como Mongolia y Corea.
– Al noroeste de las fronteras chinas, los pueblos bárbaros de tunguso, turcos y tibetanos, fundaron el reino de Hsi-Hsia.
– Al noreste, los pueblos churches, establecieron el reino Chin.
A principios del siglo XIII, aún bajo la dinastía Sung, los mongoles, penetran en los territorios del norte de China. La guerra de conquista trajo como consecuencia la desintegración de los reinos del norte.
Lo anterior agravó la crisis en todos los ámbitos del imperio Chino; por lo tanto, el emperador tuvo que tomar medidas estrictas para la resolución de estos problemas (el aumento a los impuestos, mayor control al ejército y a la burocracia, etc.). Todo esto provocó medidas de descontento entre la población.
La situación por la que pasaba el imperio facilitó que, hacia el año 1276, se lanzaran los mongoles sobre la capital, Hang-chou, y la conquistaran. Kublai Khan fue el primero de los emperadores mongoles de China.
La política de los mongoles se caracterizó por un aspecto muy peculiar: los extranjeros gozaron de grandes privilegios; se les otorgaron puestos administrativos relacionados con actividades de tipo financiero. Además el comercio interior y exterior fue prácticamente monopolizado por mercaderes llegados de otros países.
La cultura China no fue de interés para los extranjeros y mongoles. Por lo tanto no hubo un intercambio cultural ni de pensamiento como el que se había presentado con otros pueblos.