Color en el envase
El color es luz, energía radiante visible, constituida por varias longitudes de onda. En la luz visible el color magenta es la onda más larga, después pasa por los naranjas y amarillos a los verdes, azules, el índigo y el violeta. Si la superficie de un objeto refleja toda la luz que incide en ella, veremos al objeto blanco; si por el contrario el objeto absorbe toda la luz, lo veremos negro.
Cuando una parte de la luz se absorbe y otra parte es reflejada, entonces captamos el color; éste por tanto no es una propiedad del objeto que vemos, sino de las ondas luminosas que llegan a nuestros ojos. El color es el alma del diseño y está particularmente enraizado en las emociones humanas.
A través del tiempo el color se ha usado en muchas formas. En su función práctica el color distingue, identifica y designa en un rango de status; en su función simbólica puede reflejar, por ejemplo amor, peligro, paz, verdad, pureza, higiene, verdad, maldad o muerte; finalmente dentro de la señalética es aplicado tanto a señales informativas como prohibitivas o de advertencia.
Los diseñadores usan el color en forma controlada para crear condiciones visuales de unificación, diferenciación, secuencia y carácter. Con el color es posible generar sentimientos, sugerir acciones y crear efectos, logrando con ello la integración total del diseño.
Es erróneo hablar de psicología del color. La psicología es la ciencia que estudia la actividad psíquica y la conducta humana, o bien la capacidad para captar los sentimientos de los demás y saber tratarlos. Por lo tanto es incorrecto el uso del término como se plantea al inicio de este párrafo. Se debe hablar entonces de los valores semióticos del color, siendo la semiótica la Teoría general y ciencia que estudia los signos, sus relaciones y su significado.
Existen dos grandes vertientes en cuanto a la aplicación y la captación del color por el ojo humano: colores luz y colores pigmento. En el diseño de envases y embalajes podemos utilizar hasta este momento únicamente los colores pigmento, por lo cual hablaremos nada más de esta vertiente.
Los colores Pigmento Primarios son el Rojo, el Amarillo y el Azul, que transportados a sus respectivas equivalencias en impresión por cuatricromía son: Magenta, Amarillo y Cyan. En tanto que en los colores Luz, los Primarios son el Rojo –Red (R), el Verde –Green (G) y el Azul – Blue (B).
El color se clasifica de acuerdo a su matiz, su valor y su intensidad.
– Matiz. Sinónimo de color, se distingue un color de otro debido a la calidad de su matiz. Por medio de él se clasifica a los colores en rojo, amarillo, azul, verde, naranja, etc.
– Valor. Se refiere a la claridad u oscuridad de un matiz. Un color puede ser aclarado mezclándolo con un matiz claro del mismo color o añadiéndole blanco. Un color de tono conocido se puede describir mejor calificándolo de claro a oscuro; por ejemplo se habla de un rojo claro cuando es más claro que nuestra idea del rojo estándar.
– Intensidad. Se refiere a la fuerza de un color. Alterar la pureza es cambiar el tono o debilitar, opacar o neutralizar un color.
Esto se puede lograr agregando un color complementario o el gris. El gris es en realidad un color sin matiz, y puede lograrse mediante una mezcla de blanco y negro. La principal misión del color es llamar la atención; o sea primero atender al público y después conservar su atención si lo que le atrajo tiene significado o interés para el perceptor.
El color es una herramienta mercantil muy importante; en cierto modo, los colores son una especie de código fácil de entender y asimilar; forman un lenguaje inmediato que tiene la ventaja de superar muchas barreras idiomáticas con sus consiguientes problemas de decodificación (el color rojo, por ejemplo, se considera internacionalmente como el color obligado de las señales de peligro).
Dentro del mundo del envase, el color es primordial; los consumidores están expuestos a cientos de mensajes visuales diferentes. Dentro de un autoservicio, el tiempo estimado que un cliente se detiene a ver un producto es de 1/25 a 1/52 de segundo, de manera que cada producto lucha por sobresalir entre los demás, buscando ser reconocido o llamar la atención en forma tal que el comprador se detenga y lo lleve consigo.
El color hace reconocible y recordable al envase, además puede usarse para categorías específicas de productos. Finalmente el diseñador gráfico tiene mucha ingerencia en este campo y la selección de un color para un producto debe ir de acuerdo con el perfil del consumidor, la zona, la clase social y muchos factores más.
La forma y el color son básicos para la comunicación visual. Algunos de los efectos del color son: dar un impacto al perceptor, crear ilusiones ópticas, mejorar la legibilidad e identificar la categoría del producto, entre otras.
Impacto: el impacto de un color no es necesariamente sinónimo de visibilidad; se ha demostrado con experimentos que la atención captada por un color no es exclusiva de su luminosidad, sino de los efectos psicológicos que este produce.
El uso de colores brillantes no es la única forma de causar impacto; otras posibilidades son el contraste de colores, color y forma, efectos ópticos, acumulación de efectos (colocando los envases diseñados de tal forma que lado a lado produzcan un efecto visual, logrando una sinergia).
Realzar un envase o darle apariencia de mayor volumen o de ligereza, son sólo algunos ejemplos de lo que puede lograrse con el color. En una ilustración de más de un color, cada uno de ellos está bajo la influencia de sus vecinos, éste es el contraste simultáneo, que puede ser explicado por interacciones en la retina.
Las células fotosensibles de la retina no funcionan solas, sino en grupos paralelos que forman unidades receptivas con asociaciones de células; esto produce una exageración en el contraste y una distorsión de los valores entre zonas contiguas en el campo de visión.
Podemos establecer las siguientes reglas: los dos se enfatizarán; si se ponen juntos un color complementario de otro, reflejarán la luz, y si se mezclan los pigmentos, se produce el gris.
El color complementario de otro es el directamente opuesto a él en el círculo cromático. Un color que se pone como fondo de otro cambia el valor complementario del color de fondo. Un color se verá más claro si se pone junto otro más oscuro.
Para cualquier color, el grado de brillo determina el tamaño aparente; un rectángulo azul claro se ve más grande que uno azul oscuro del mismo tamaño. Una cabeza tipográfica de color claro sobre fondo oscuro aparentará ser más grande que otra oscura sobre fondo claro, aún cuando sea del mismo tamaño que la primera. Un envase dividido horizontalmente por franjas de colores se observa más ancho y compacto; si se le ponen franjas verticales se verá más angosto y alto.
La división de una superficie en diferentes colores hace que un envase se vea más pequeño. Si los lados de un envase están en diferentes colores, el carácter tridimensional se enfatiza, aunque se deberá tomar en cuenta que si la intención es dar continuidad visual al envase, habrá que considerar su diseño como una envolvente, es decir, si se trata de una caja plegadiza habrá que proyectar su diseño en desplegado, con la caja en desarrollo.
Los colores de un envase por lo general son observados de derecha a izquierda y de arriba abajo, de acuerdo al orden de legibilidad que seguimos en las culturas occidentales. La mirada puede ser atraída por ciertos colores del envase, pero éste siempre es visto en conjunto con los colores del entorno.
El color es una forma de mejorar la legibilidad de palabras, marcas o logotipos en un envase, pero mal aplicado puede resultar incluso contraproducente.
Fuente: Materia de Diseño de Envases y Embalajes de la Universidad de Londres