Componentes y formación del suelo
La materia orgánica de un terreno es consecuencia de la actividad biológica de los organismos que viven allí, variando su porcentaje entre el 100% para la turba y un 1% escaso en desiertos. Si la materia orgánica pierde su estructura microscópica original y adquiere un aspecto amorfo, se habla de humus. Esto es resultado de un proceso largo llamado humificación que se inicia en el mantillo, conjunto de materiales fértiles acumulados sobre la superficie, por ejemplo las hojas caídas de los árboles.
Los hongos, las bacterias y multitud de pequeños invertebrados del suelo inician la desintegración de esa materia, reduciéndola a partículas más pequeñas.
Esta acción de desmenuzamiento va acompañada de procesos químicos que transforman la materia orgánica. Al final se tiene, el humus, que es un componente esencial del suelo y que determina su fertilidad.
Formación del suelo
El proceso de formación del suelo es lento, de ahí la importancia de no destruir el ya formado, pues su recuperación es muchas veces imposible, ya que al desaparecer la capa fértil desaparece también la vegetación. El resultado final es la desertización.
El suelo se inicia de la roca madre gracias a la acción de agentes atmosféricos que desmenuzan y reducen a partículas de pequeño tamaño.
Los factores físicos, como la erosión del viento o las heladas crean una capa de minerales. Este fenómeno llamado meteorización, se ve reforzado por la acción biológica de los microorganismos, de plantas y animales. Los restos orgánicos; se mezclan con las partículas minerales para crear el suelo.