Compromiso y participación de la alta dirección
Dirección participativa. Ésta surge con la práctica de la calidad total.
Se propicia que florezca armando a la gente con habilidades y apoyo que le permite comprender mejor la forma de operar, identificar oportunidades de mejorar y hacer que los cambios se produzcan.
Reconocer las capacidades de los empleados y las contribuciones que pueden hacer para mejorar la operación empieza a demoler las barreras tradicionales que separan a la dirección y a la mano de obra.
Esto no sucede de la noche a la mañana y se presenta sólo si la dirección escucha y si la fuerza de trabajo se siente involucrada como propietaria del proceso.
Es un proceso de retroalimentación y evolución de la confianza que se desarrolla en forma paulatina.
Los primeros pasos hacia la dirección participativa son lentos; la inercia se va acumulando de manera gradual.
Fuente: Apuntes de Operaciones II de la FCA de la UNAM