Conejos y la mixomatosis
En el ecosistema australiano los marsupiales ocupaban todos los nichos ecológicos que el medio brindaba. La ausencia de grandes carnívoros hizo de estas especies depredadores. Pero, a mediados del siglo XIX los colonizadores introdujeron conejos para practicar la caza, habitual en Europa. Antes de finalizar el mismo siglo, eran una plaga incontrolada en todo el continente. La razón era simple: en Australia no habla enemigos naturales del conejo.
Como solución al problema se introdujo un enemigo del conejo, el zorro.
Pero no se tomó en cuenta un principio natural en la relación depredador-presa: el principio del menor esfuerzo, por el cual un animal busca alimento que con un mínimo de energía le dé más nutrientes.
Así, los zorros en vez de cazar conejos, cazaban marsupiales, mucho más lentos. El resultado fue, desastroso, muchas especies quedaron al borde de la extinción.
Ante esto, en la década de 1950 se introdujo una enfermedad infecciosa de conejos, la mixomatosis, transmitida por picadura de mosquitos.
Como resultado la población descendió, aunque los daños de esas dos especies han sido irreparables. No todo acabó ahí, la enfermedad en Europa, donde el conejo estaba en equilibrio con el medio, creó una mortandad de conejos, desequilibrando las cadenas tróficas del sistema.