Creatividad como constante metodológica
Crear, según el Diccionario de la Real Academia, es «producir algo de la nada», en consecuencia resulta evidente que es impropio y erróneo hablar de la «creatividad» del hombre cuyas obras no parten de lo inexistente.
Sin embargo se habla de creatividad cuando a partir de la realidad dada se genera un ser original y nuevo.
La capacidad de crear es innata a la condición humana y se puede manifestar en cualquier ámbito de su quehacer.
Desde que nace, el hombre registra en su mente ya sea consciente o inconscientemente imágenes y datos significativos que guarda en su memoria, condición necesaria a la reflexión que permite la inferencia, esto es, establecer una serie de posibilidades o alternativas diferentes a las ya dadas.
La imposibilidad de establecer un método para la creatividad no impide sin embargo reconocer un conjunto de habilidades que la hacen posible:
– Sensibilidad ante los problemas
– Fluidez, o facilidad para el uso de conocimientos ante situaciones nuevas o inesperadas (verbales, ideativas, figurativas, semánticas, simbólicas, asociativas y expresivas)
– Flexibilidad para abordar de maneras diferentes un mismo problema
– Originalidad referida a un estilo personal de hacer y pensar resuelto en respuestas imprevisibles
– Capacidad de realización, pues no basta generar ideas nuevas sino que es necesario desarrollarlas y llevarlas a cabo
– Disciplina consistente en la capacidad de orden y persistencia en el trabajo
– El factor x, el imponderable de la creatividad.
Fuente: Metodología del diseño de la U. de Londres.