Crisis y disolución del Imperio de Carlos I
Durante el reinado de Carlos, tuvo lugar la ocupación española de una vastísima porción de la América del Sur, que incluyó las regiones que desde entonces se conocieron como Venezuela, Nueva Granada (Colombia), Quito (Ecuador), Perú (Perú y Bolivia), Chile y el Río de la Plata (Argentina). Aunque en su tiempo no se logró establecer colonias españolas en Asia, expediciones como la de Fernando de Magallanes (1519-1520).
Otras que poco después se realizaron a través del Pacífico fueron importantes antecedentes de la ulterior colonización hispánica de las islas Filipinas.
La mayoría de los conflictos internacionales en que España se había visto involucrada habían surgido por motivos ajenos a los intereses de los españoles. A mediados el siglo XVI, cuando era ya patente la separación de Imperio, Carlos decidió abdicar tanto a la corona imperial alemana como a la de los reinos españoles. Previamente había transferido cinco ducados austríacos a su hermano Fernando y entregado a su hijo Felipe el reino de Nápoles y el ducado de Milán.
Carlos gobernó este enorme Imperio durante más de tres décadas y media, hasta que en 1556 renuncia al poder. Los que habían sido sus vastos dominios quedaron divididos en dos: Fernando de Habsburgo fue electo emperador de Alemania y Felipe II ocupó el trono español.