Depreciación y flujos de efectivo
El gerente de finanzas se interesa más en los flujos de efectivo que en las utilidades netas, según se registra en el estado de resultados.
Para adaptar el estado de resultados de tal manera que muestre el flujo de efectivo de las operaciones, todos los gastos que no son en efectivo deben sumarse de nuevo a la utilidad neta después de impuestos de la empresa.
Los gastos que no son en efectivo son egresos que se deducen del estado de resultados, pero que no implican un desembolso real de efectivo durante el periodo; como ejemplos están los gastos por depreciación, amortización y agotamiento.
Debido a que los gastos por depreciación son los gastos más comunes que no son en efectivo, debemos mostrar su manejo. Los gastos de amortización y agotamiento se manejan de manera similar.
La regla general para ajustar la utilidad neta después de impuestos, sumando de nuevo todos los gastos que no son en efectivo, se expresa de la manera siguiente:
Flujo de efectivo de las operaciones = utilidad neta después de impuestos + gastos que no son en efectivo
Fuente: Apuntes de Administración financiera de la UNIDEG