Descripción como técnica de la comunicación escrita
Junto a la narración de los hechos, figuran los diálogos que mantienen los personajes y distintas descripciones esos personajes, de sus sentimientos y sensaciones o de los lugares donde actúan.
Los textos que figuran a continuación son, respectivamente:
1: descripciones de un animal y de diferentes objetos:
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Juan Ramón Jiménez, Platero y yo.
El lecho de la abuela era de madera oscura, ancho y largo. La cabecera estaba sobre la pared de la izquierda. Sobre la cabecera había un ramo de olivo. La abuela tenía una mecedora junto a la ventana.
La mecedora tenía dos cojines muy aplastados; uno, para el respaldo, y otro, para el asiento. En medio del cuarto había una camilla y siete arcas junto a las paredes. Las arcas eran todas distintas y de distintos tamaños.
Rafael Sánchez Ferlosio, Industrias y andanzas de Alfanhuí.
La descripción escrita consiste en representar personas, animales, objetos lugares, sensaciones, sentimientos, procesos, etc., explicando, por medio del lenguaje escrito y distintos recursos expresivos, cómo son o las impresiones que causan.
Algunas descripciones reciben nombres especiales:
– Topografía, si se trata de un paisaje:
No puede ver el mar la solitaria y melancólica Castilla. Está muy lejos el mar de estas campiñas llanas, rasas, yermas, polvorientas; de estos barrancales pedregosos; de estos terrazgos rojizos, en que los aluviones torrenciales han abierto hondas mellas; de estas quiebras aceradas y abruptas de las montañas; de estos mansos alcores y terreros, desde donde se divisa un camino que va en zig-zag hasta un riachuelo. Azorín, Castilla.
– Cronografía, si describe el tiempo y sus partes:
Clara, apacible y serena pasa la siguiente tarde, y el sol tocando su ocaso apaga su luz gigante ( … )
José Zorrilla, A buenjuez, mejor testigo.
– Retrato, cuando se trata de una persona. A su vez, recibe distintos nombres:
– Prosopografía, cuando describe el exterior de una persona o, incluso, de un animal:
El tío Lucas era más feo que Picio. Lo había sido toda su vida, y ya tenía cerca de cuarenta años. ( .. ) Lucas era en aquel entonces de pequeña estatura, un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable.
Pedro Antonio de Alarcón, El sombrero de tres picos
– Etopeya, si sólo describe los rasgos morales del personaje:
Hablaba muy bien, y era de tan excelente condición e ingenio que entre tantos y tan arduos negocios como tenía en el gobierno de sus reinos, se dio al estudio de la lengua latina. Era católica y devota; hacía limosnas secretamente y visitaba gustosa monasterios y casas de religión. (…) Era muy inclinada a hacer justicia, por remediar la gran corrupción de crímenes que halló al subir al trono. Era también mujer de gran corazón, encubría la ira y la disimulaba y quería servirse de hombres prudentes y nobles.
Hernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos
– Caricatura, si exagera los rasgos más destacados del mismo (a veces, con crueldad):
Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una alquitara medio viva, érase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado, érase un elefante boca arriba, érase una nariz sayón y escriba, un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce tribus de narices era; érase un naricísimo infinito, frisón archinariz, caratulera, sabañón garrafal, morado y frito.
Francisco de Quevedo, A un hombre de gran nariz.
Las descripciones científicas, llamadas también técnicas o instructivas, representan objetivamente algo, sus partes y finalidad para darlo a conocer de la forma más exacta. Por ejemplo, la descripción de un cuadro, el funcionamiento de una máquina o un proceso químico.
Las literarias representan algo de manera subjetiva para causar una impresión o un sentimiento determinado. Para conseguirlo, se utilizan diferentes recursos expresivos, entre los que destacan la abundancia de adjetivos, las enumeraciones, las personificaciones, las comparaciones y las metáforas, como ocurre en el caso de los personajes y los lugares del poema,
Las estáticas reflejan el aspecto de algo, su apariencia física, sin movimiento en el tiempo y el espacio, como puede verse en una fotografía.
Las dinámicas, por el contrario, reflejan algo de modo que parece estarse viviendo, como si se contemplara en una película cinematográfica.
En las pictóricas, el sujeto que describe y el objeto descrito están inmóviles.
Por ejemplo, cuando alguien describe el paisaje que contempla desde lo alto de una montaña.
En las topográficas, el sujeto en movimiento ilustra algo que está inmóvil, corno ocurre cuando un viajero describe el paisaje que contempla desde un vehículo en marcha.
En la cinematográfica, el sujeto, móvil o inmóvil, expone algo que se mueve. Por ejemplo, la persona que describe el tráfico de la calle donde pasea (sujeto móvil) o que contempla desde la ventana un edificio (sujeto inmóvil).
Fuente: Apunte de Comunicación escrita de la U de Londres.