Disposición de la novela
Considerando la disposición estructural, se clasifica a la novela como obra de personaje, de espacio y de amor.
La novela de personaje está concebida para destacar la actuación de su protagonista; los otros personajes sólo enfatizan la plenitud de la figura que carga con todo el peso de la obra. El ejemplo obligado es El Quijote de Cervantes.
La novela de espacio tiene como rasgo característico las abundantes descripciones de los múltiples escenarios donde transcurre, y de los personajes numerosos que se añaden en cada pasaje.
El Lazarillo de Tormes está considerada como modele acabado de este tipo de obra, en virtud de la cantidad de aventuras que se van sucediendo durante la vida del protagonista, quien diluye poco a poco su personalidad para dejar sitio a la contemplación de la existencia con filosofía amarga y pesimismo aventurero.
Fuente: Apunte de Comunicación escrita de la U de Londres.