Ecosistema en el espacio
Los ecosistemas representan un elemento dinámico en constante transformación. Las variaciones con el tiempo se aceleran más en las fases iniciales que las terminales y esto refleja los cambios del entorno. Otro aspecto muy importante del ecosistema que se complementa con lo temporal es el espacio, que limita la posible evolución o crecimiento de una población. La estratificación y estructura morfológica de las plantas supone ya la aparición de límites a la distribución de la fauna.
Esto se observa muy bien en la selva amazónica, en un tronco es posible descubrir territorios bien diferenciados en cuanto a los espacios de una u otra especie de insectos.
El dosel formado por la copa de los árboles es un medio en que los animales se distribuyen siguiendo normas constantes.
Así, los primates más voluminosos ocupan las ramas más gruesas, los más ligeros pueden ascender a mayor altura. La resistencia física de las ramas condiciona la distribución de esas especies.
Los organismos vivos en su desarrollo alteran el medio sobre el que se encuentran, con lo cual dirigen su evolución. Un microclima local es un ejemplo de esta acción.
Puede ser pequeño y cubierto de musgo o extenso como en un bosque, entonces influye sobre su entorno. En algunas regiones desérticas de Israel la repoblación forestal ha conseguido que la humedad de esa zona aumente notablemente, favoreciendo la existencia de otras plantas.