El costo de la seguridad
El resultado final de un accidente se traduce en pérdidas: de personas (temporal o permanentemente), tiempo, equipos, dinero, etcétera.
Lamentablemente, muchas veces no se pueden cuantificar las pérdidas, ya sea porque el sistema contable de la empresa diluye los costos en diversas partidas, con lo que no se tiene un registro centralizado que permita calcular los costos reales del accidente, o bien porque simplemente no se lleva un registro de los accidentes en función de costos.
En un estudio realizado por Frank Bird se determinó que los accidentes ocasionan para la empresa dos tipos de costos: directos e indirectos. Los costos directos son aquellos que cubren las compañías de seguros, y que, por lo tanto, son recuperables. Aunque también hay que considerar que un accidente produce efectos adicionales, que también cuestan, y que la mayoría de las veces no están cubiertos por el seguro, por lo que son difícilmente recuperables.
Ejemplos de costos directos son: gastos médicos, daños a instalaciones o equipos cubiertos por las pólizas de seguros, pérdidas de materia prima, producto en proceso o producto terminado (que son cubiertos por las mismas pólizas), y en un capítulo adicional, la pérdida de mercado (que algunas compañías de seguros sí los consideran).
Los costos indirectos son entre otros: gastos legales; gastos de equipos y provisiones de emergencia; renta de equipos de reemplazo; tiempos de investigación del accidente; salarios pagados al personal que dejó de trabajar para atender al lesionado y trasladarlo a la enfermería o al hospital; tiempo dedicado a reclutar, seleccionar y capacitar al personal que remplace al lesionado; tiempo perdido por el nuevo trabajador mientras se acostumbra a su nuevo trabajo, etcétera.
El principal problema radica en que estos costos indirectos son de difícil cuantificación cuando no se tienen presentes, y como la mayoría de las veces esto está oculto para los administradores, Frank Bird lo representó como un iceberg: la parte que sobresale del agua se refiere a los costos directos, y el resto, que se encuentra debajo del nivel del agua y por lo tanto no se ve, son los costos indirectos.
La importancia de esto estriba en que, de acuerdo al estudio del propio Bird, la proporción de costos directos e indirectos es muy crítica, pues por cada peso de costo directo, se pueden ocasionar desde 6 hasta 53 pesos de costos indirectos.
Una referencia para determinar los costos de un accidente es considerar que si éste no se hubiera producido, dichos costos no se hubieran generado.
Fuente: Apuntes de Higiene y seguridad industrial de la Unideg.