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El diseño del proceso

El diseño del proceso consiste en la selección de insumos, equipo, mano de obra, operaciones, flujo de trabajo, métodos para la producción de bienes y servicios, los responsables de operaciones Debe decidir qué y cuántas operaciones serán realizadas por las personas y por las maquinas, así como la forma en que ambas se emplearan.

Las decisiones sobre el diseño o rediseño del proceso, se toman cuando:

– Se pretende ofrecer un bien, servicio nuevo o sustancialmente modificado.
– Cambian las prioridades competitivas.
– Cambia el volumen de la demanda.
– El rendimiento actual del sistema es inadecuado.
– Los competidores obtienen mejores resultados empleando un proceso diferente o surge una nueva tecnología.
– Cambia el costo o la disponibilidad de los insumos.

Lo anterior no conduce, forzosamente, a un cambio en el proceso existente, ya que muchas veces, el costo del cambio no compensa los posibles beneficios a obtener, además se deben tomar en cuenta las alternativas relacionadas con el diseño del bien o servicio, la capacidad y distribución de la planta, el ciclo de vida en que se encuentra el producto, las prioridades competitivas y la estrategia de posicionamiento de la empresa.

El proceso productivo está influenciado por la estructura de los productos y la homogeneidad del contenido del trabajo de aquellos que comparten un mismo recurso productivo. En lo que respecta a la estructura del producto, podemos distinguir tres categorías:

1. El producto estandarizado que se fabrica de acuerdo con las especificaciones dictadas por la empresa.

2. El producto estándar con varias o muchas opciones personalizadas.

3. El producto a la medida que esta diseñado y especificado por el cliente.

En relación al contenido del trabajo podemos considerar tres situaciones, homogeneidad alta o muy alta, que se presenta en entornos de producción estable o alto, en tiempos reducidos de fabricación, homogeneidad media, se presenta en fabricación por lotes y homogeneidad baja, asociada habitualmente a los procesos a la medida o talleres.

El diseño del trabajo es la estructuración consiente del contenido y los métodos del esfuerzo de trabajo.

El diseño debe especificar qué tarea debe ser realizada, cómo debe realizarse y si es necesario, cuándo y dónde debe realizarse.

El diseño del trabajo debe ser consistente, congruente con los objetivos de la organización, concordar con los propósitos de ambos, el empleador y el empleado.

En el pasado, los enfoques de diseño del trabajo han subrayado la eficiencia objetiva al realizar las actividades, las satisfacciones emocionales de los empleados, o ambas cosas.

El enfoque sobre la eficiencia proviene de los conceptos sobre administración científica de Taylor y ha proporcionado medidas cuantitativas tales como estudios de tiempos, muestreo del trabajo y estudios sobre el mejoramiento de métodos.

El enfoque conductista se ha desarrollado a partir de los estudios de Hawthorn, además de los trabajos de Herzberg, Hackman, Oldham y otros, dicho enfoque ha sido ejemplificado por algunos sistemas de administración japoneses.

El enfoque conductista proclama incrementos en la productividad y la calidad como resultado de contar con empleados mucho más capacitados y ampliamente motivados.

Muchas empresas han combinado exitosamente los elementos más adecuados de ambos sistemas.

Fuente: Apuntes de Operaciones II de la FCA de la UNAM