El marxismo
Para ellos la comunicación forma parte de la superestructura social. Para el materialismo histórico, las sociedades se dividen en esquemas jerarquizados en cuya base se localizaría la llamada infraestructura, integrada por el sistema económico del que formarían parte los tres medios de producción: tierra, trabajo y capital.
Sobre la infraestructura estaría la estructura (forma en la que organiza la sociedad). El modo en que se organiza la sociedad derivaría de la forma determinada en que se distribuyen los medios de producción.
La sociedad de clases se organiza en función de la propiedad del capital y de la tierra. En la cúspide están los que tengan más capital, los que sólo poseen el trabajo ocuparían los estratos inferiores de la sociedad.
Para Marx, las relaciones establecidas entre la burguesía y el proletariado están determinadas por el lugar que ambos ocupan en el sistema social. Las relaciones sociales son denominadas relaciones de producción.
La superestructura englobaría la esfera de lo inmaterial: desde creencias religiosas, ideas políticas, prejuicios, valores… y también la comunicación.
Las relaciones existentes entre superestructura y estructura se encuentra determinada por las formas de poder discursivo que emanan de la propia sociedad.
Para el materialismo histórico el poder que ejerce el bloque dominante sobre el resto de la sociedad no es sólo un poder de carácter económico que se explicita en el concepto de alienación material (explotación económica o diferencia entre el valor del trabajo ofrecido por el obrero y el salario, la plusvalía), sino también del carácter político e ideológico.
Político porque el grupo dominante controla el aparato del estado, e ideológico porque desarrolla una forma de alienación ideológica sobre la mayoría social.
El control del sistema productivo permite al grupo dominante desarrollar un discurso propio y hacerlo hegemónico.
Esta situación sería posible a través del control de los medios de comunicación, el discurso burgués se convierte en dominante y se hace llegar a todo el mundo.
La base más desfavorecida se encontraría sometida a una doble alineación económica – Ideológica porque carecería en la práctica de la posibilidad de generar un discurso propio y también porque asume el discurso de los dominantes porque no conoce otro.
La burguesía transmite un discurso que legitime el estado de cosas urgentes. La lucha de clases hay que desarrollarla en el tema de la movilización social y en el discurso. Los obreros se constituyen como clase a partir de la formación y desarrollo de un discurso propio.
Fuente: Apuntes de Semiótica de la U de Londres