El origen del conocimiento. Racionalismo y empirismo
El racionalismo es la “posición epistemológica que ve en el pensamiento, en la razón, la fuente principal del conocimiento humano.” Johannes Hessen también afirma que racionalismo es cuando nuestra razón juzga que una cosa tiene que ser así y que no puede ser de otro modo”; es decir, nos encontraríamos frente a un verdadero conocimiento.
Los juicios fundados en el pensamiento, en la razón, deben poseer necesidad lógica y validez universal, el verdadero conocimiento se funda en el pensamiento, que es la base del conocimiento humano.
A Platón se le ubica dentro de esta corriente filosófica; él señala que los sentidos no pueden llevarnos a un verdadero saber, sino a una opinión. Asimismo, para Platón existen diferentes mundos, uno de ellos es el de las ideas, de donde proceden las cosas y los conceptos que conocemos. “La médula de este racionalismo es la teoría de la contemplación de las Ideas. Podemos llamar a esta forma de racionalismo, racionalismo trascendente”.
Posteriormente, Plotino “coloca el mundo de las Ideas en el Nus cósmico, o sea Espíritu del universo. Las Ideas ya no son un reino de esencias existentes por sí, sino el vivo autodespliegue del Nus.” Más tarde San Agustín dice “que todo saber en sentido propio y riguroso procede de la razón humana o de la iluminación divina”.
En la Edad Moderna cobra auge la teoría de las ideas innatas, para ella “no son innatos cierto número de conceptos […] los conceptos fundamentales del conocimiento. Estos conceptos no proceden de la experiencia, sino que representan un patrimonio originario de la razón”. De esta época tenemos a Descartes, quien afirma —en relación con esto— que se trata de conceptos más o menos acabados.
Por su parte, Leibniz señala que los conceptos sólo encuentran en nosotros en germen, potencialmente. “Según él, hay ideas innatas en cuanto que es innata a nuestro espíritu la facultad de formar ciertos conceptos independientemente de la experiencia”. A esta forma de racionalismo algunos autores la denominan racionalismo inmanente.
El empirismo es la corriente opuesta al racionalismo; para el empirismo la única fuente del conocimiento humano es la experiencia. Para él la “conciencia cognoscente no saca sus contenidos de la razón, sino exclusivamente de la experiencia.” También parte de los hechos concretos, a diferencia del racionalismo que “se deja llevar por una idea determinada, por un ideal de conocimiento”.
En cambio, los racionalistas parten de la matemática, mientras los empiristas parten de las ciencias naturales, donde la experiencia es fundamental y se trata de comprobar los hechos a través de la observación.
En el empirismo la experiencia se divide en dos: la interna, que consiste en la percepción de sí mismo; y la externa, en la percepción por los sentidos, la cual a su vez acepta una forma de empirismo: sensualismo.
En la Edad Moderna se da el desarrollo sistemático del empirismo; su fundador es John Locke. Él dice que aunque “todos los contenidos del conocimiento proceden de la experiencia, su valor lógico no se limita en modo alguno a la experiencia. Hay, por el contrario, verdades que son por completo independientes de la experiencia y, por tanto, universalmente válidas. A ellas pertenecen ante todo las verdades de la matemática. El fundamento de su validez no reside en la experiencia, sino en el pensamiento.” Es decir, Locke hacer una crítica al empirisimo, pues admite que existen verdades a priori.
David Hume sigue las ideas de Locke. Hume divide las ideas en impresiones (que son vivas sensaciones cuando vemos, oímos, tocamos, etc., es decir, impresiones de la sensación y de la reflexión) e ideas (representaciones de la memoria y de la fantasía; proceden de las impresiones, es decir son copias de las impresiones). Este autor hace una defensa del principio básico del empirismo: la conciencia cognoscente extrae sus contenidos de la experiencia, aunque reconoce que la matemática es un conocimiento independiente de la experiencia y universalmente válido.
Por su parte Condillac transformó el empirismo en el sensualismo; él no está de acuerdo con que no hay una doble fuente del conocimiento (experiencia externa y experiencia interna), sino una sola fuente de conocimiento que es la sensación. También afirma que el pensamiento no es más que una facultad refinada de experimentar sensaciones. John Stuart Mill, en el siglo XIX, reduce el conocimiento matemático a la experiencia como única base del conocimiento, no existen proposiciones a priori.
Hessen señala que “la significación del empirismo para la historia del problema del conocimiento consiste en haber señalado con energía la importancia de la experiencia frente al desdén del racionalismo por este factor del conocimiento. Pero el empirismo remplaza un extremo por otro, haciendo de la experiencia la única fuente del conocimiento.”
Fuente: Teoría del conocimiento de la facultad de contaduría y administración, UNAM.