Elementos claves para la competitividad
Los elementos claves para la competitividad en la organización son desarrollar, fomentar y mantener la competitividad en la organización; lo anterior es una importante estrategia para el logro de los objetivos y la visión de la compañía.
Por ello, es importante fomentar, desarrollar y mantener, tanto en la organización como en cada uno de los empleados lo siguiente:
– flexibilidad y adaptación a los cambios;
– reflexión y análisis; ruptura de paradigmas;
– cambio e innovación;
– proactividad;
– reestructuración;
– reorganización y rediseño;
– evaluación y revisión periódica de estrategias, procesos, sistemas;
– control, evaluación y retroalimentación en todos los niveles;
– capacidad de aprendizaje; orientación a resultados;
– integración de pensamiento–acción; valores compartidos;
– comunicación abierta y fluida; intercambio de información;
– visión global;
– trabajo en equipo;
– enpowerment;
– liderazgo efectivo;
– oportunidades de desarrollo.
El fomento y desarrollo de competencias deben ser entendidas como el grupo de conductas que abarcan el conocimiento, habilidades, aptitudes, actitudes, motivos y características de personalidad que influyen directamente en el rendimiento de un empleado, logrando un desempeño sobresaliente o efectivo.
Estos elementos reposan en la adopción de una política y valores acordes con ellos, los cuales permitan su instauración en la cultura organizacional y su mantenimiento; siempre con el carácter flexible y de adaptabilidad que los caracteriza.
No olvidemos que para mantener y elevar la competitividad, la organización debe fomentar las habilidades y procesos anteriormente mencionados cotidianamente a través de políticas, procedimientos, normas, procesos, sistemas de recompensas, así como de la dinámica e interacción de sus miembros.
Precisamente, a través de la cultura organizacional y de sus organismos reguladores (procesos de selección, socialización formal —inducción, capacitación—, socialización informal, anécdotas, rituales, símbolos materiales y el lenguaje) se puede modificar o continuar con una determinada orientación o ideología que puede permitir o dificultar la flexibilidad, la adaptación a los cambios y la competitividad de la organización.
Por ello, debe tenerse cuidado de involucrar activamente a todos los miembros de la organización y revisar los procesos instaurados para una adecuada retroalimentación de las conductas que deseamos.
Actualmente se observa de que ya no es suficiente para la empresas los planteamientos de rentabilidad y productividad, sino que por el proceso de globalización se debe considerar como otro concepto complementario el de competitividad, estos tres conceptos son de gran importancia para cualquier empresas sí desea mantenerse operando en el transcurso del tiempo.
Fuente: Apunte de Microeconomía de la FCA, UNAM.