Época contemporánea panorama general
En el periodo de 1940 a 1946 durante estos treinta años las elecciones presidenciales se llevaron a cabo con regularidad y el país no sufrió las revueltas y levantamientos propios de los años posteriores a la Revolución. Aunque hubo fuertes discidencias como la de Juan Andreu Almazán (1940), Ezequiel Padilla (1946) y Miguel Henríquez Guzmán, la paz social de la República no se alteró. En este periodo tuvieron lugar cuatro movimientos sociales de importancia que pusieron a prueba la estabilidad política del país.
Nos referimos al movimiento magisterial (1958), al movimiento ferrocarrilero (1959), al movimiento de los médicos (1964) y sobre todo al movimiento estudiantil (1968).
El infausto desenlace de este último marcó hondamente la vida política del país en los años siguientes. A partir de los setentas, el gobierno, ante la presión de distintas fuerzas sociales y políticas, se ve impedido a proponer una «apertura democrática» que encauce institucionalmente las diversas iniciativas. También a partir de esta fecha se crean nuevos partidos políticos, se vigorizan algunas luchas sindicales y cobra nuevo impulso el movimiento guerrillero.
La agricultura, que había permanecido prácticamente estancada desde finales del porfiriato, cobra un impulso importante.
A partir de 1936, el valor de las manufacturas subió a un ritmo anual del 8%. La industria de la construcción y la electricidad también incrementó su valor. Estos factores hicieron posible que la economía mexicana creciera a una tasa superior al 6% anual, crecimiento por arriba del promedio de los países latinoamericanos, entre ellos Brasil, Argentina y Venezuela.
En los sesentas, según nos recuerda don Daniel Cosío Villegas, el 10% de la familias más privilegiadas se apropiaba de casi la mitad del ingreso nacional, mientras que el 40% de las familias más pobres apenas tenía acceso al 14% del mismo.
Había estados de la República que progresaban económicamente, mientras otros permanecían estancados (Oaxaca, Chiapas, Guerrero, por ejemplo). Al interior de estos estados también existían zonas más depauperadas que otras.
El caso más claro del desequilibrio regional era el del Distrito Federal, que con el territorio más pequeño del país estaba habitado por más del doble del estado más poblado y el presupuesto de egresos del Departamento del Distrito Federal era dieciocho veces mayor que el de Nuevo León, el estado más rico.
A continuación señalaremos de manera más detallada algunos de los cambios registrados en el país. El primero, de 1940 a 1952, comprende los regímenes de los presidentes Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán. El segundo, de 1952 a 1964, comprende el ejercicio presidencial de Adolfo Ruiz Cortinez y Adolfo López Mateos. El tercero y último de 1964 a 1970, corresponde al periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz.