Estadios y formas clínicas del aborto espontáneo
En función de la sintomatología podemos hablar de:
1. Amenaza de aborto: cuando hay una pérdida hemática ligera, pequeños calambres abdominales y en la exploración ginecológica hay cuello cerrado. Puede consumarse el aborto o no. La pauta a seguir es reposo absoluto y medicación relajante. No afecta al feto.
2. Aborto en curso: los síntomas anteriores aparecen más exagerados y acompañados de dolor; pérdida hemática moderada o grave, calambres que se parecen a contracciones uterinas dolorosas y cuello uterino ligeramente dilatado (sobre 4 cm). Este aborto es inevitable. Dentro de éste tipo puede ser:
a. Aborto completo: cuando se produce la evacuación del embrión y de los anejos fetales (membranas y placenta).
b. Aborto incompleto: se expulsa parcialmente el contenido uterino y quedan restos retenidos en el interior.
La pauta terapéutica es distinta en a y b. En un aborto completo cesa la hemorragia y el cuello tiende a cerrarse, en incompleto no. Habrá que evacuar totalmente el útero.
Además existen:
1. Aborto diferido: muerte del embrión. No hay signos de vida fetal; la frecuencia cardiaca es negativa. La mujer no expulsa el embrión. Cérvix cerrado y no hay hemorragia. Se esperan 3-4 semanas y se practica un aborto inducido o provocado ya que las toxinas que se forman por degeneración del feto pueden provocar una coagulación intravascular diseminada (CID). (La CID es un trastorno de la cascada de la coagulación que ocasiona un descenso de los niveles de los factores de coagulación en la sangre. Los mecanismos de coagulación se activan en todo el cuerpo en lugar de activarse sólo en el área lesionada. Así los coágulos se forman en todo el cuerpo y los factores de coagulación se agotan de manera que no se forman coágulos donde se necesitan. Los mecanismos disolventes de coágulos también aumentan).
2. Aborto habitual: cuando se aborta espontáneamente 3 o más veces sin llegar a embarazo a término.
Fuente: Apuntes y notas de enfermería materno infantil del Conalep