Estrategias posibles
Cuando se trata de definir las estrategias financieras que puede llevar a cabo la organización, se habla de las políticas que se pueden implementar en ella.
Así que fundamentalmente estamos hablando del análisis al balance general, al estado de resultados y a todas aquellas políticas que nos permitan obtener información y tener una toma de decisiones adecuada, como puede ser las cuentas por cobrar, cuentas por pagar, inventarios, etc.
Así pues, se podría pensar que existen ciertas razones para definir el plan estratégico para las finanzas como: obtener fondos y recursos financieros, manejar correctamente los fondos y recursos financieros, administrar el capital de trabajo, administrar las inversiones, presentar e interpretar la información financiera.
Todo esto comúnmente lo podemos llamar análisis financiero fundamental, pero existe otro análisis que es el técnico, este tiene que ver con las acciones en la Bolsa de Valores y de la razón de la alza y baja de éstas.
En este contexto, se requiere establecer las causas más frecuentes por las cuales los planes no se llevan a cabo, entre ellas podemos considerar: los inventarios excesivos, ya sea por consecuencia de pérdidas por deterioro, almacenaje, obsolescencias, etc.
Se sobrepasan las cuentas por cobrar y cuentas por pagar, y, por lo tanto, representan inmovilizaciones de medios; se pueden invertir en activos fijos tangibles más de lo que necesita la organizaciones, lo que aumenta el costo de producción y, por ende, disminuye la rentabilidad.
Se puede aumentar las ventas en forma diferente a la capacidad de producción o se puede producir y no tener la capacidad de distribución adecuada a las necesidades del volumen de producción.
Antes que nada, se necesita hacer un análisis financiero de la organización. El estudio financiero tiene como finalidad demostrar que existen recursos suficientes para llevar a cabo el proyecto de inversión, así como de un beneficio, en otras palabras, que el costo del capital invertido será menor que el rendimiento que dicho capital obtendrá en el horizonte económico (periodo de tiempo dentro del que se considera que los efectos de la inversión son significativos).
La información que deberá contener el estudio financiero consta de las siguientes partes:
– El presupuesto de los recursos financieros necesarios para el desarrollo del proyecto en su totalidad
– La determinación y evaluación de los flujos de efectivo presupuestados con base en los métodos del periodo de recuperación, valor presente
neto y una tasa interna de retorno, además de las condiciones de riesgo e incertidumbre existentes.
– El plan de financiamiento, indicando en éste si las fuentes de recursos serán internas (utilidades capitalizables, depreciación, amortización, incremento de pasivos, etc.) y/o externas (crédito bancario, préstamos de empresas afiliadas o accionistas, etc.)
– El análisis de sensibilidad, se refiere a los cambios de uno o más factores dentro de ciertos rangos lógicos, el objetivo es forzar al proyecto para asegurar al axioma posible su rentabilidad.
Se deben considerar los siguientes factores:
a) Horizonte económico.
b) Volumen de producción y precio del producto.
c) Costos y gastos.
d) Tasa mínima de rendimiento definida.
e) El flujo del proyecto, con base en criterios muy conservadores, probables y optimistas.
f) El plan de implantación: es aquí donde se establecen los elementos cuantificables y no cuantificables del proyecto. Se puede hacer a través del análisis de las razones financieras.
El análisis de las razones financieras se puede realizar de dos formas: en el primero, se deben comparar una razón actual con razones anteriores y las que se esperan en el futuro para la misma organización.
El segundo método de comparación puede hacerse comparando a las razones de la organización con organizaciones similares o con promedios de otras en el mismo tiempo.
El criterio de que todas las empresas tengan al menos una razón de circulante de 1.5 a 1 resulta inapropiado.
El análisis tiene que ser en relación al tipo de negocio al que se dedica la empresa y a la empresa en sí. La verdadera prueba que da liquidez es si la empresa tiene la posibilidad de pagar sus cuentas a tiempo.
Muchas empresas sólidas tienen esta capacidad a pesar de mantener razones de circulante muy inferiores al 1.5 a 1. Depende de la naturaleza del negocio. Las fallas en la consideración de la naturaleza del negocio (y la empresa) pueden conducir a una interpretación errónea de las razones.
El segundo método de comparación implica comparar las razones de una empresa con las de empresas similares o con promedios de la industria en el mismo momento en el tiempo.
Este tipo de comparación permite conocer la situación financiera relativa y el desempeño de la empresa, también nos ayuda a identificar cualquier desviación significativa de algún promedio (o estándar) aplicable de la industria.
El analista debe evitar usar la generalización en forma indiscriminada para todas las organizaciones.
Fuente: Apuntes de Planeación teoría y estragia dela FCA de la UNAM