Etapas del periodo preclásico
Se han detectado rasgos y elementos culturales muy semejantes en distintas regiones de centro y sur de México; así como también la aparición de determinadas manifestaciones de carácter regional. Algunos de los sitios explorados y que han aportado evidencias del preclásico inferior son: Chiapa de Corzo, Altamira, Edzná, Tierras Largas, etcétera. Entre las características de lo que ocurría al iniciarse dicho periodo encontramos la propagación de aldeas; el incremento de la agricultura.
Con una paulatina dependencia en los cultivos para subsistir; y la aparición de la cerámica. Las aldeas estaban constituidas por agrupaciones de chozas de materiales perecederos.
Cultivaban frijol, chile, calabaza y maíz. Elaboraban faldas y otras prendas de vestir utilizando las fibras del maguey y el algodón. la producción de cerámica era la principal forma de industria, abarcaba desde la elaboración de vasijas (para el uso diario) hasta múltiples figurillas. Algunas de estas últimas eran representaciones de personajes femeninos, quizás relacionados con el culto a la fertilidad.
El preclásico medio y el nacimiento de la alta cultura
Hacia el 1 300 a. C., en la zona de las costas del Golfo (entre Veracruz y Tabasco), se inicia con mayor intensidad y amplitud una serie de cambios culturales: la alta cultura olmeca, alcanza su máximo esplendor y una extraordinaria capacidad de difusión; dicha situación va a prolongarse hasta los primeros siglos del preclásico superior.
Los olmecas habitaron en Teopantecuanitlán, Guerrero y en las costas del Golfo de México, en el área comprendida entre los ríos Papaloapan y Tonalá, así como los lugares adyacentes del sur de Veracruz y oeste de Tabasco.
Esta última región está formada por una planicie atravesada por caudalosos ríos que durante la época de lluvias causan frecuentes inundaciones.
Estos elementos físicos influyeron de diversas formas en las características y el desarrollo del pueblo olmeca.
El culto religioso, que se evidencia en los centros ceremoniales, manifiesta la existencia de un sacerdocio jerarquizado. Entre los principales dioses encontramos la tantas veces representada deidad del jaguar (posteriormente se convirtió en Tláloc dios de la lluvia de los teotihuacanos).
Asimismo se han encontrado numerosos testimonios de un temprano culto a la serpiente (anticipo de la veneración a Quetzalcóatl). Rendían culto a sus muertos. Al parecer hubo sacrificios de niños; y existía, con carácter ritual, el juego de pelota.
Con respecto al área del pensamiento, los olmecas asociaron con determinados colores los distintos rumbos de universo; dominaron disciplinas como la astronomía y las matemáticas.
A los olmecas se les atribuye un hondo sentido de planificación. Sus centros ceremoniales pueden ser considerados como uno de los vestigios más antiguos de una concepción de incipiente urbanismo en Mesoamérica.
Los sitios arqueológicos más sobresalientes son: La Venta (Tabasco), San Lorenzo y Tres Zapotes (Veracruz).