Expansión romana

El mundo helenístico estuvo dominado por tres grandes dinastías fundadas por los sucesores de Alejandro: la dinastía Tolemaica en Egipto, la dinastía de los Seléucidas en Asia occidental y la dinastía Antigónida en Macedonia. Los romanos se tuvieron que enfrentar a muchos enemigos: primero lucharon contra los habitantes del Lacio; más tarde atacaron a los etruscos. Al empezar el siglo IV los galos invadieron Italia.

Llegaron hasta la ciudad de Roma, donde quisieron tomar el capitolio; éstos fueron expulsados.

Después de una sublevación latina, se logró la unificación de Lacio y la conquista de los grupos samnitas.

Los romanos se percatan de la prosperidad de las ciudades de la Magna Grecia, por lo que emprenden su conquista. Ante el avance romano, la mayoría de las ciudades helénicas aceptaron una alianza con su enemigo.

Una vez que Roma se adueñó de toda Italia, continúa su expansión hacia el Mediterráneo occidental contra los cartaginenses, los griegos y los macedonios. A este periodo de lucha contra Cartago, históricamente se le conoce con el nombre de Guerras Púnicas.

La ciudad de Cartago se localizaba en el norte de África y controlaba las principales rutas comerciales del Mediterráneo, por lo que era un obstáculo para el expansionismo político, económico y militar de Roma.

Entre la segunda y la tercera guerra púnica, se produjeron los primeros conflictos romanos con las regiones de cultura helenística. Roma era dueña del Mediterráneo Occidental, pero ambicionaba el control sobre el Oriente de este mar, donde los reinos helenísticos gozaban de floreciente economía.

Una serie de batallas, Filipo V, rey de Macedonia; y los reinos Pérgamo y Ponto, se aliaron a Roma. Así, en pocos años, las legiones romanas lograron extender aún más su poder. El impulsor de esta política, que consistía en desplegar una serie de alianzas con las ciudades y países vencidos, fue Escipión el Africano, hombre liberal y admirador de la cultura griega, que supo ejercer una política flexible al choque de la conquista.

Crisis de la República en el siglo I a. C.

La organización republicana resolvió, en un principio, los problemas de la ciudad. Sin embargo, cuando Roma se convirtió en un extenso imperio, nuevas dificultades surgieron, provocando un desequilibrio social, económico y político. Las rápidas y extensas conquistas romanas proporcionaron grandes riquezas. Pero esas riquezas beneficiaron solamente a los más poderosos (patricios, senadores y altos jefes militares).

A todos estos problemas, derivados de las conquistas, se unieron otros dos surgidos en la propia Italia:

– El primero fue la rebelión de los pueblos itálicos descontentos por habérseles negado la ciudadanía romana. Esta guerra conocida con el nombre de Marsia, terminó con la derrota de los sublevados.

– El segundo problema fue la rebelión de los esclavos de gran parte de Italia, capitaneados por Espartaco. La guerra terminó con la victoria de Roma.

La crisis política fue otro factor que influyo a la que se enfrentó el Estado romano. Las instituciones democráticas de la República, creadas para gobernar una ciudad, resultaron inadecuadas para regir a extensos territorios.

Los triunviratos

Para terminar con los enfrentamientos entre los romanos se formaron los triunviratos, es decir, el gobierno de tres personas que contaban con el apoyo de los principales grupos sociales.

De esta manera, Pompeyo, militar que contaba con el apoyo de los grupos populares; Craso, perteneciente al partido aristócrata; y Julio César, buen guerrero y hábil político; formaron el primer triunvirato, haciéndolos dueños del gobierno de todo el Imperio Romano. La lucha por el poder fue la causa de los sangrientos combates entre ellos.

Craso murió en las guerras contra Siria; mientras tanto César realizaba una serie de campañas en las Galias. Pompeyo y el Senado creyeron entonces poder gobernar solos. Esto provocó una nueva guerra civil. César se presentó en Italia y, en la batalla de Farsalia derrotó a Pompeyo. Así, César se convirtió en dictador perpetuo. Éste utilizaba el poder en forma absoluta, imponiendo una serie de medidas despóticas. A causa de esto fue asesinado.

Después de la muerte de César se reanudó la guerra civil, que dio lugar a la formación del segundo triunvirato. Éste se formó con Lépido, Marco Antonio y Octavio Augusto. En el 43 a. C. llegaron a un acuerdo por el cual Octavio Augusto gobernaría el occidente del imperio; Marco Antonio el oriente y Lépido el norte de África.

Octavio Augusto expulsó a Lépido del triunvirato y venció a Marco Antonio en la batalla de Accio, el año 31 a. C. Octavio Augusto suprimió la República y fue proclamado emperador, dando inicio a la etapa política conocida como Imperio.

Guerras Púnicas

Características

Primera Guerra Púnica

Esta guerra estalló por la presión de Sicilia, isla que era elí, camino natural para la expansión romana. Duró más de 20 años y terminó con una victoria naval de Roma. Se firmó la paz por la cual Sicilia pasó a ser la primera provincia romana. Posteriormente se anexaron Córcega y Cerdeña, así como el valle del Po.

Segunda Guerra Púnica

Los cartaginenses habían concentrado su interés en ocupar el sur de España, logrando sus propósitos al mandar a miembros de la familia de la Barca. El Senado Romano, alarmado con esta expansión, firmó con Cartago el tratado del Ebro para poner límite en este río a la expansión cartaginesa. Pronto estalló de nuevo el conflicto ya que la ciudad ibera de Sagunto (situada del lado cartaginés según dicho tratado), era aliada de Roma. Por lo anterior, los cartagineses tomaron la ciudad de Sagunto. Empezó así esta segunda guerra. Bajo el mando de Aníbal, las tropas cartaginesas atravesaron los Alpes y se apoderaron de parte de la península Itálica. Aníbal venció a los romanos en las batallas de Tesino, Trebia, Trasimeno y Cannas.
Los cartagineses estuvieron a punto de conquistar la ciudad de Roma. El mando militar de los romanos decidió enviar sus legiones a España y Africa para detener el avance cartaginés. Los romanos arrebataron a los cartagineses Cartagena y Cádiz, expulsándolos de la península.
La guerra culminó cuando los romanos invadieron Africa con la intención de apoderarse de Cartago. Las legiones romanas vencieron a las tropas cartaginesas en la batalla de Zama, en el año 202 a. C.
La segunda guerra púníca puso en manos de Roma el control del Mediterráneo Occidental.

Tercera guerra Púnica

El general romano Escipión Emiliano vence a los cartagineses y ordena la destrucción de Cartago. A su vez destruyó los reinos de Corinto y Numancia.