Fauna de México
La fauna mexicana también varía de acuerdo a las zonas climáticas. En el norte viven lobos y coyotes; en las zonas más altas de la cordillera Neovolcánica el teporingo o conejo de los volcanes, una especie endémica de México.
Los bosques de las laderas de las montañas están habitados por ocelotes, jaguares, pecarís, venados y pumas.
También hay una amplia variedad de reptiles, entre los que se encuentran tortugas, iguanas, serpientes y lagartos, así como aves y peces, que abundan a lo largo de las costas y en los estuarios de los ríos. En 2004 había 190 especies de anfibios en peligro, 57 de aves, 72 de mamíferos, 106 de peces y 21 de reptiles.
Así como en la superficie terrestre vive gran cantidad de animales, también en el ambiente marino los encontramos; ejemplo de ellos son: ballenas, lobos marinos, elefantes marinos (propios de aguas frías); ostras, cangrejos, camarones, peces de todos tamaños, tortugas y delfines (comunes en aguas cálidas y con mayor salinidad). Por otro lado, se debe resaltar que las especies animales y vegetales, debido a su capacidad de adaptación, rebasan las posibles barreras aunque en la naturaleza no hay límites rígidos– que puedan impedirles habitar ambientes diferentes de los que están acostumbrados.
Un hecho que comprueba esta afirmación es que parte de México y el área centroamericana forman una zona donde especies animales y vegetales de un ambiente se mezclan con los de otro u otros; por ello, esta zona se convierte en una región especialmente rica y variada en vida vegetal y animal. Baste decir que, por ejemplo, en nuestro territorio existen aproximadamente 1,000 especies de anfibios y reptiles.
Otra razón por la que en el territorio nacional hay muchas y muy diferentes especies animales y vegetales es por el fenómeno conocido como endemismo, que consiste en la existencia de ciertas plantas y animales sólo en un lugar específico, en este caso, nuestro país o alguna zona de él en particular, que presenta características ambientales exclusivas.