Fecundación, partenogénesis y meiosis
La fecundación consiste en la fusión de los gametos masculino y femenino, sobre todo los núcleos, para formar el cigoto. Puede tener lugar fuera del organismo (fecundación externa), como en el caso de muchos organismos acuáticos y plantas terrestres no vasculares, o en el interior del aparato reproductor femenino (fecundación interna), como en los animales terrestres y en las plantas con polinización. Un caso especial de reproducción sexual es la partenogénesis, modalidad en la que el óvulo se desarrolla sin haber sido fecundado.
Si el óvulo se forma con meiosis, es haploide y da lugar a machos haploides (arrenotoquia), mientras que en ausencia de meiosis los óvulos son diploides y dan lugar a hembras que no pueden ser fecundadas (telitoquia).
Posición de la meiosis
En la naturaleza se observan tres tipos de ciclos biológicos respecto a la posición de la meiosis en la reproducción. En los organismos haplontes la meiosis afecta al cigoto, que constituye la única célula diploide de todo el ciclo vital.
En los diplontes -los más abundantes- la meiosis se produce al formarse los gametos, que son las únicas células haploides del ciclo. En los diplo-haplontes -la mayoría de los vegetales- la meiosis se produce durante el proceso de formación de esporas, de forma que el ciclo biológico queda dividido en dos generaciones: el esporofito, originado por el cigoto diploide, forma esporas haploides de las que nace un organismo haploide o gametofito, el cual produce los gametos haploides que al fusionarse originan el cigoto diploide.