Fernando VII
Monarca español, hijo de Carlos IV y de María Luisa de Parma, nació el 14 de octubre de 1784, en El Escorial (Madrid). En 1806, se casó con María Antonia de Borbón (o de Nápoles), hija del rey de Nápoles Fernando I de Borbón, la cual falleció cuatro años más tarde. Durante el reinado de su padre, dirigió un partido cortesano de oposición al primer ministro Manuel Godoy. Este partido aprovechó el descontento popular provocado por la entrada de las tropas francesas en España.
Y consiguió desencadenar una revuelta popular conocida como motín de Aranjuez (marzo de 1808).
Que provocó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en beneficio del entonces príncipe de Asturias.
El pueblo lo llamaba el Deseado, por que suponía que con él mejoraría la situación tanto en España como en sus colonias respetando la Constitución liberal de 1812 y derivando hacía una monarquía parlamentaria, pero en 1814, cuando volvió al trono, defraudó las esperanzas de todos al gobernar con el mayor de los absolutismos.
El periodo denominado Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823) ocupó la segunda etapa de su reinado. En ella, pese a la poco disimulada oposición del monarca, se continuó la obra reformista iniciada en 1810: abolición de los privilegios de clase y de los mayorazgos, supresión de los señoríos y de la Inquisición, preparación del Código Penal y recuperación de la vigencia de la Constitución de 1812.
Desde 1822, toda esta política reformista tuvo su respuesta en la contrarrevolución surgida entre los miembros absolutistas de la propia corte (la denominada Regencia de Urgell), con el apoyo de elementos campesinos, y, en el exterior, en la formación de la Santa Alianza, que desde el corazón de Europa defendía los derechos de los monarcas absolutos.
El Congreso de Verona (octubre-noviembre de 1822) decidió reclamar al gobierno de Madrid el restablecimiento de la plena autoridad del Rey. En caso contrario, quedaba abierta la puerta a la intervención militar.
El 7 de abril de 1823 entraron en España las tropas francesas mandadas por el general Luis Antonio de Borbón, duque de Angulema, los Cien Mil Hijos de San Luis, a los que se sumaron tropas realistas españolas. Sin apenas oposición, el absolutismo fue restaurado.
La última etapa del reinado de Fernando VII tuvo de nuevo un signo claramente absolutista. Se suprimió otra vez la Constitución y se restablecieron todas las instituciones existentes en enero de 1820, salvo la Inquisición.
Fueron años de represión política. La situación general se veía afectada además por la pérdida de la inmensa mayoría de las colonias americanas, después del proceso conocido como la emancipación latinoamericana.
Murió en Madrid el 29 de septiembre de 1933.