Frecuencias ultrasónicas e infrasónicas

El limite inferior de la capacidad auditiva del ser humano marca el inicio de las frecuencias infrasónicas (menores de 20 hercios), mientras que el superior indica el de las ultrasónicas (superiores a 18.000 hercios). Si bien los seres humanos no las perciben, algunos animales sí (por ej., algunos murciélagos). El ultrasonido se aplica en el sonar, que ofrece ayuda para la navegación y telemetría.

En las ecografías empleadas en medicina para la exploración de los fetos en el seno materno y que han sustituido por completo a las exploraciones con rayos X, que suponían un grave riesgo para los fetos.

Por su parte el infrasonido se aplica en geología para la determinación de las características de las capas rocosas.