Fuerzas de atracción
Los átomos están unidos mediante fuerzas de atracción, de las que las más importantes son los enlaces iónicos y covalentes, ambos de naturaleza electrostática. Entre las fuerzas que mantienen unidas las moléculas (que por lo general son más débiles que las existentes entre los átomos) destacan las llamadas fuerzas de Van der Waals y los puentes de hidrógeno. En los sólidos las fuerzas de atracción entre átomos y moléculas.
Se equilibran con las de repulsión debidas a las que ejercen los electrones de las capas exteriores de unos sobre otros.
El conjunto de dichas fuerzas de atracción y repulsión es el responsable de la excitación constante que presentan los átomos y moléculas de los sólidos alrededor de las posiciones que ocupan en la red cristalina de éstos.
En el caso de los líquidos, los átomos y moléculas que los constituyen experimentan también fuerzas de atracción y de repulsión, si bien en este caso la energía es mayor en comparación con el estado sólido, por lo que la energía cinética de las partículas es mayor y las fuerzas de atracción ya no son capaces en este caso de mantener las posiciones fijas, provocando con ello una relativa libertad de movimiento.
En los gases, por el contrario, la libertad de movimiento de los átomos y las moléculas es completa, ya que su energía es tan alta que no está sometido a las fuerzas de atracción y repulsión, de ahí su movimiento caótico.