Grupos «t»
Su nombre proviene del inglés training, que significa entrenamiento. Fue una de las primeras intervenciones utilizadas en organizaciones pioneras como ESSO y Unión Carbide.
En el DO moderno, los consultores aplican cuidadosamente este tipo de intervención pero han disminuido la frecuencia de su aplicación. Es una herramienta útil para detectar porqué el comportamiento de un individuo afecta a los demás miembros de la organización, ya sea positiva o negativamente.
Esta intervención, también conocida como entrenamiento en laboratorio, grupos de encuentro, etcétera, es un método para cambiar la conducta por medio de interacciones grupales no estructuradas. Así, los miembros se reúnen en un ambiente libre y abierto, donde analizan su personalidad y procesos interactivos, dirigidos sin demasiado control, por un especialista en ciencias de la conducta.
En cierto sentido, la intervención del grupo «T» surgió de una conciencia que había ido en aumento durante una década o más, acerca de la importancia de ayudar a los grupos a concentrarse en los procesos de grupos y liderazgo. Esta conciencia creciente fue particularmente evidente en la educación de adultos y en la terapia de grupo.
El grupo debe orientarse hacia el proceso, lo cual significa que los miembros aprenden observando y participando, en lugar de limitarse a recibir órdenes o instrucciones. Para que ello sea posible, el profesional debe generar las condiciones para que expresen con libertad sus ideas, creencias y actitudes, y no aceptar el rol de líder, al cual por el contrario, debe rechazar abiertamente.
Los objetivos de los grupos ‘T» son proporcionar a los empleados una mayor conciencia de su conducta y de la forma en que otros los perciben, mayor sensibilidad ante el comportamiento ajeno y un mejor conocimiento de los procesos de grupo.
Los resultados específicos que se logran incluyen una mayor capacidad de empatía, el perfeccionamiento de las técnicas para escuchar, mayor apertura y tolerancia ante las diferencias individuales y el mejoramiento de las habilidades para la solución de conflictos.
Si las personas no saben cómo son percibidas por los demás, un grupo «T» eficiente puede generar una percepción más realista de sí mismo, mayor cohesión del grupo y reducción de los conflictos interpersonales, los cuales afectan el equilibrio del sistema organizacional. Más aún, puede llegar a obtener una integración más satisfactoria entre el individuo y la organización. Por otra parte, es recomendable que estos grupos no incluyan más de 15 personas.
Los grupos «T» han sido criticados acremente por Campbell y Dunnette, quienes sostienen que pueden causar daños irreversibles a la autoestimación personal, pues no todas las personas están preparadas para aceptar las críticas de los otros integrantes del grupo.
Por otro lado, Argyris, en su artículo Grupos «T», ¿son cosas buenas o malas? afirma que los mismos pueden arrojar resultados positivos cuando se los utiliza adecuadamente. Por ello, para lograr el éxito de estos grupos, se deben cubrir tres importantes requisitos:
1. Deben ser estructurados de tal manera que el aprendizaje pueda ser transferido a la organización y estar atento a los resultados que ésta obtiene.
2. El grupo «T» debe vigilar el desarrollo del programa de DO.
3. El grupo «T» es más eficaz en organizaciones donde se comparte la información, están orientadas hacia el cambio y encaminados a resolver conflictos.
Cuando se logran estas condiciones, los grupos «T» pueden mejorar tanto el desempeño individual como el del grupo
Fuente: Apunte de Desarrollo Organizacional de la UNIDEG