Guerra contra los estados unidos de américa de 1846 a 1848
En 1840, el sentimiento expansionista de los Estados Unidos entró en una fase de mayor agresividad. Puesto que manifestaban abiertamente su deseo de anexar Texas a su territorio, a pesar de que el gobierno mexicano no dejaba de considerar a esta región como parte de su territorio, y de comprar o conquistar gran parte del territorio norte de la República Mexicana. En marzo de 1845, el Congreso Norteamericano aprobó la anexión de Texas.
Lo cual fue considerado por México como un agravio a los intereses y a la dignidad nacional, por lo que ordenó el retiro inmediato de la representación diplomática en Washington; por su parte, el Estado estadounidense realizó una medida similar, con lo que quedaban rotas la relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
En julio de ese año los texanos reiteraron su decisión de agregar Texas al territorio de los Estados Unidos.
Se produjo entonces un clima de enfrentamiento militar, faltando sólo el pretexto propicio para que Estados Unidos iniciara la guerra con la finalidad de expander su territorio hacia el sur y oeste. A principios de 1846, una tropa norteamericana, encabezada por el general Zachary Taylor, invadió territorio mexicano. En marzo de 1846 el ejército invasor llega a las cercanías del puerto de Matamoros, al mismo tiempo, una escuadra naval norteamericana comienza a bloquear los puertos de Tampico y Veracruz.
El 8 de mayo se realiza el primer combate en Palo Alto y al día siguiente en Resaca de Guerrero, en las que son derrotadas la tropas mexicanas. El 13 de mayo de 1846 el Congreso Norteamericano declara la guerra a México argumentando que el ejército mexicano había penetrado en territorio estadounidense y atacando a sus fuerzas armadas.
En julio de 1846, el presidente Paredes declara la guerra a los Estados Unidos e inicia las acciones para obtener financiamiento y organizar el ejército mexicano, pero es derrocado y es nombrado presidente de México a López de Santa Anna, quien de manera inmediata se pone al frente de la tropas dejando como presidente interino a Gómez Farías.
En julio invaden la Alta California y en agosto Nuevo México, declarándolos como territorios de los Estados Unidos. En septiembre, el ejército estadounidense toma la ciudad de Monterrey, donde el ejército y la población civil realizan valerosa defensa, y en noviembre toma Saltillo.
El 11 de enero de 1847, Gómez Farías expide un decreto para obtener financiamiento para la guerra mediante el cual autorizaba al poder público a vender o hipotecar bienes eclesiásticos. Esta medida ocasionó una violenta reacción por parte del clero y sus adeptos; en febrero, varios cuerpos de la guardia nacional, denominados popularmente «poikos», se sublevan contra Gómez Farías para exigir la nulidad de los decretos sobre la ocupación y venta de bienes del clero.
El 22 y 23 de febrero de 1847 se produce la batalla del valle de la Angostura en donde el ejército mexicano, dirigido por López de Santa Anna, obliga a los norteamericanos a replegarse hasta Buena Vista pero el presidente mexicano no supo aprovechar las ventajas obtenidas y ordena retroceder a las tropas mexicanas a Agua Nueva, en donde reciben noticias de una revuelta en la capital, lo cual obliga a López de Santa Anna a regresar a la ciudad de México para controlar la sublevación.
El gobierno norteamericano envió al mando del general Winfiel Scott un ejército para que ocupara el puerto de Veracruz e invadiera México por el oriente hasta apoderarse de la capital de la República.
En marzo de 1847, es tomado por los norteamericanos el principal puerto de México, a pesar de la resistencia del pueblo y del ejército nacional bajo el mando de Juan Morales.
El 19 y 20 de agosto el ejército estadounidense derrota a las tropas mexicanas dirigidas por el general Valencia en Padierna.
En los primeros días de septiembre fueron derrotadas las fuerzas mexicanas en la batalla de Molino del Rey. Para tener control total de la ciudabandonan la capital para trasladarse a Querétaro; el 16, López de Santa Anna renuncia a la presidencia y parte voluntariamente hacia el exilio.
El nuevo gobierno, encabezado por Manuel de la Peña y Peña inicia la negociaciones para obtener la paz puesto que no era posible mantener la resistencia.
El 2 de febrero de 1848 se firmó el tratado de paz en la villa de Guadalupe Hidalgo. Por parte de México asistieron José Bernardo Couto, Miguel Atristáin y Luis G. Cuevas y por parte del gobierno norteamericano Nicholas Trist.
En el referido tratado, denominado «Tratado de Paz, Amistad y Límites», se estableció que la frontera entre nuestro país y los Estados Unidos estaría señalada en lo sucesivo por el río Bravo, desde su desembocadura hasta el punto en que el mencionado río cortaba el lindero meridional de Nuevo México; de allí correría la línea fronteriza por los linderos meridional y occidental de Nuevo México hasta el río Gila, para luego seguir por este río hasta su punto de confluencia con el Colorado y de allí en línea recta hasta encontrar la costa del Pacífico al sur del puerto de San Diego.
Los representantes mexicanos lograron evitar la cesión de Sonora, Chihuahua, Baja California y el derecho de libre tránsito por el istmo de Tehuantepec. El tratado de Guadalupe Hidalgo fue aprobado por el Congreso norteamericano el 10 de marzo de ese año y por el Congreso de México en mayo de 1848. El ejército invasor permaneció en México hasta el 12 de junio de 1848, cuando salieron de la ciudad de México para embarcarse en Veracruz hacia su nación.
Cabe resaltar que entre las causas que produjeron la derrota de México en la guerra de 1946-1948 fue la negativa de la mayoría de gobernantes de proporcionar financiamiento y milicia a la Federación, bajo el argumento que el financiamiento no era para defender el interior de sus respectivas entidades federativas. Entre los efectos que se derivaron del conflicto armado contra los Estados Unidos fue el fortalecimiento de una conciencia nacional, principalmente entre las generaciones jóvenes.