Importancia del nombre, la marca y el eslogan
Los procesos que intervienen en la elaboración de un anuncio, considerando distintos factores que nos involucran con el producto, que llaman la atención del cliente y hacen resonancia en él.
La elaboración de un anuncio es responsabilidad de un creativo, o mejor dicho, de un grupo multidisciplinario, en el que se encuentran uno o varios diseñadores. Sin embargo, los resultados de un anuncio, que éste sea bueno o malo, no repercute directamente en el equipo de trabajo sino en el producto que estamos afianzando en la mente del consumidor, a partir de nuestra propuesta creativa. De ahí que convenga definir qué es el producto y hacer hincapié en otros aspectos que inciden en el mismo, como lo son su nombre, su marca y su eslogan, los que muchas veces permiten una identificación rápida del mismo, a pesar de las variaciones en el diseño, estableciéndose como buenos referentes.
En términos de mercadotecnia, un producto es aquello que confiere valor a la noción de intercambio entre una o varias personas, noción sin la cual sería imposible y prácticamente inservible configurar toda una serie de reactivos para llamar la atención del cliente, puesto que no existiría nada que motivara su acción, en este caso la adquisición o compra. Un producto, no obstante, no siempre es un bien tangible, de tal modo que la noción de producto puede ser empleada también para referirse a un servicio, idea, proyecto o postura.
Existen tres aspectos que permiten distinguir a un producto del respecto, así como asociarlo a una serie de imágenes que avalan su utilidad, su prestigio y el sentido ideal en que éste nos beneficia. Estos son su nombre, su marca y su eslogan.
El nombre, tal como ocurre con cada uno de nosotros, consiste en una categoría gramatical que designa o da a conocer una cosa. Es una aseveración que se puede expresar de manera verbal y gráfica.
La marca –propiamente– es un símbolo que avala al producto, haciendo referencia a quién lo produce, de dónde proviene, cuál es su tradición histórica y sígnica, diferenciándolo así de otro vendedor o grupo de vendedores.
El eslogan es una declaración habitual que hace una compañía, también llamada lema o tema, destinada tanto a los anuncios como a los vendedores y empleados. Su uso y aplicación es de gran importancia ya que por una parte permite homogeneizar el sentido de los anuncios y dar continuidad a la campaña, de manera institucional o puntual, y por otra reduce el beneficio principal a una formulación breve que permite recordar el posicionamiento de un producto, es decir, la manera en que queremos que nuestro producto sea visto por el cliente.
En los tres casos, la función del creativo y del diseñador es imprescindible, puesto que gráfica, visual y simbólicamente el nombre, la marca y el eslogan deben traspasar los filtros de percepción del consumidor para anclarse en su mente. La labor de diseño les confiere forma, aspecto e identidad, lo que muchas veces suele repercutir de manera rotunda en los hábitos del cliente y poder de decisión, a pesar de toda una gama de estímulos competidores que lleguen a rodear al producto.
Una buena idea, por ende, no sólo debe verse reflejada en la estructuración de un anuncio sino que debe ser congruente con estos tres aspectos que son los que quedan fijos en el consumidor, casi de manera instantánea.
Fuente: Apuntes de Creatividad Aplicada al Diseño de la Universidad de Londres