Impresión en color
A base de sobreimprimir los tres colores primarios, que son el cian, el magenta y el amarillo, se puede producir una amplia gama de colores secundarios y terciarios. Y cuando, a su vez, éstos son sobreimpresos con el cuarto color, el negro, para enriquecer el contraste tonal, se obtiene la impresión a todo color (también llamada cuatricromía).
El proceso de impresión en cuatricromía se usa para el arte final que incluye ilustraciones y fotografías en color.
El arte final en color tiene que ser fotografiado o grabado con scanner para producir placas de impresión separadas de los cuatro colores, una para cada uno de los colores que se imprimen.
Durante este proceso, la imagen pasa por una trama y se convierte en puntos de trama, que tienen que estar orientados de forma distinta en cada clisé para sacar el máximo beneficio de la sobreimpresión y para evitar la formación de motivos no deseados de muaré o de puntos.
La impresión a todo color o cuatricromía añade un enorme impacto al material editado, pero puede ser mal usada o usada en exceso. Si se piensa encargar una costosa impresión en color, es importante que se asegure de que el diseño realmente optimiza el uso del color.
El color puede ser más efectivo si se usa restrictivamente y con discreción. A menudo se utiliza y se llenan de fotografías a todo color los diseños, tan llenos que, de hecho, la mirada queda saturada de color, reduciendo el impacto de las imágenes individuales.
Hay que separarla con grandes márgenes y con espacios blancos para que las fotos resalten del fondo y el arte final sea agradable.
Fuente: Psicología del Color y la Forma de La Universidad de Londres