Información asimétrica
En una encuesta relativamente reciente realizada a ejecutivos financieros, se examinó las decisiones de estructuración de capital. Se preguntó a los administradores cuál de los dos criterios principales determinó sus decisiones financieras:
1. Mantener una estructura óptima de capital o
2. Seguir una jerarquía de financiamiento, conocida como orden de selección , la cual comienza con las utilidades retenidas, sigue con el financiamiento de la deuda, y termina con el financiamiento externo de capital.
El 30% de ellos respondió que la estructura óptima de capital, y 70% señaló al orden de selección. A primera vista, con base en la teoría financiera, esta elección parece ser inconsistente con los fines de maximización de la inversión.
De cualquier manera, en una alocución dirigida a la American Finance Association, titulada «The Capital Structure Puzzle», Stewart Myers explicó cómo la «información asimétrica» podía explicar las preferencias financieras del orden de selección de los gerentes de finanzas.
La información asimétrica resulta del hecho de que los administradores de una empresa tengan mayor información, referente a operaciones y perspectivas futuras, que los inversionistas.
Para ello se supone que los administradores toman decisiones encaminadas a maximizar la inversión de los accionistas actuales, la información asimétrica puede tener un efecto en las decisiones de estructura de capital adoptadas por los administradores.
Suponga, por ejemplo, que los administradores han descubierto una valiosa inversión la cual requerirá financiamiento adicional.
La administración considera que las perspectivas para el futuro de la empresa son muy buenas y que el mercado no aprecia en su totalidad el valor de la empresa. El precio por acción actual es bajo, considerando el conocimiento, por parte de la administración, de las perspectivas de la empresa.
Resultaría más ventajoso para los accionistas actuales si la administración captara los fondos requeridos mediante deuda, en vez de emitir nuevas acciones.
Tal decisión, por parte de los administradores suele verse corno una señal que refleja la visión de los mismos acerca del valor accionará de la empresa. En este caso, el financiamiento mediante deuda constituye una señal positiva, la cual sugiere la creencia, por parte de la administración, de que las acciones se encuentran «subvaluadas», y son, en consecuencia, una ganga.
Si, por otra parte, se emitieran nuevas acciones, al conocerse en el mercado las perspectivas futuras de la empresa, el valor incrementado sería compartido con los nuevos accionistas, en vez de ser captado en su totalidad por los propietarios actuales.
Sin embargo, si las perspectivas de la empresa fueran malas, la administración podría creer que las acciones de la empresa se encuentran sobrevaluadas. En ese caso, la emisión de nuevas acciones sería el mejor interés de los accionistas actuales.
En consecuencia, los inversionistas interpretan con frecuencia el anuncio de una emisión accionaria como una señal negativa— malas noticias acerca cíe las perspectivas de la empresa— y el valor accionario desciende.
Este descenso en el valor accionario, aunado a los altos costos de suscripción de la emisión de acciones (en comparación con las emisiones de deuda), elevan de forma considerable el financiamiento mediante nuevas acciones.
Como de vez en cuando se clan condiciones de información asimétrica, las empresas deberán mantener cierta reserva de capacidad crediticia (bajos niveles de deuda).
Dicha reserva permitiría a la empresa aprovechar las buenas oportunidades de inversión sin tener que vender acciones a precios bajos.
Fuente: Apuntes de Administración financiera de la UNIDEG