Interpretaciones de la APO por 36 “expertos”
Para obtener más información sobre el tema es recomendable leer el artículo la administración por objetivos de Harry Levinson, perteneciente a la colección de artículos de administración de la serie Harvard.
Se requiere observar ciertos criterios para establecer buenos objetivos:
Especificidad: deben ser claramente estipulados: «El reporte debe ser entregado el próximo lunes a las 4 de la tarde en la dirección general».
Aceptabilidad: debe haber sido negociado previamente con el colaborador, el cual debe estar de acuerdo en que debe cumplirlo.
Flexibilidad: debe ser diseñado de tal modo que pueda ser modificado en caso de ser necesario. «El transformador que suministraba de energía a la fábrica se dañó, por lo cual la planta dejó de operar por 2 días. Se requiere un reajuste de los objetivos fijados anteriormente-porque, en su estado actual, no se pueden cumplir .»
Mensurabilidad: debe ser susceptible de medición, es decir, debe ser cuantificable para que sea realmente motivador para el personal. «Se deben entregar 500 pares de zapato esta semana».
Accesibilidad: es imprescindible que sea realistas, alcanzables, no utópicos, porque ello desmotiva al empleado.
Por, ejemplo si una persona se fija de lograr un tiempo de 7.5 segundos en los 100 metros planos, indudablemente no podrá lograrla.
Congruencia: deben estar «amarrados» con otros, orientados en la misma dirección, cuyo logro esté relacionado con la consecución de los primeros.
Por lo general se corre el riesgo de fijar objetivos demasiado ambiguos para que puedan ser entendidos y aplicados. A continuación se citan algunos ejemplos de ello:
Elementos clave de la APO
– Clara Comunicación entre jefe y colaborador.
– Medir cuantitativamente las metas.
– Metas alcanzables.
– Retroalimentación continúa del logro de las metas.
Fuente: Apunte de Desarrollo Organizacional de la UNIDEG