La aparición de las revistas
Durante el siglo XIX, casi toda la publicidad se colocaba en los periódicos o en carteles y volantes. Aún a finales de ese mismo siglo, las revistas eran un medio estrictamente reducido a gente rica y bien educada, contenían comentarios políticos, narraciones breves y temas de arte y moda.
Esto cambió con la aparición de People’s Literary Companion de E. C. Alien, que estaba dirigida a un grupo extenso de personas y lectores en general. También por esa época el Congreso aprobó tarifas razonables para las publicaciones periódicas, lo que permitió su distribución a precios económicos.
El primer anuncio en una revista apareció en julio de 1844 en la Southern Messenger, que durante un lapso breve editó Edgar Allan Poe.
Las revistas ofrecen un medio más perdurable, en alguna medida, y mensajes más complejos. También significan un mayor margen de tiempo para permitir la producción de arte, como los grabados que ilustran artículos y anuncios. Conforme mejoraba el proceso de producción, se introdujeron fotografías y con esto la publicidad en revistas cobró atractivo visual.
Algunas de las primeras revistas que contenían publicidad, aún circulan hoy, por ejemplo, Cosmopolitan, Ladie’s Home Journal y Readers Digest.