La publicidad y el comercio
La publicidad es más una actividad que caracteriza intencionalmente el mensaje que se elabora, buscando el cambio de actitudes, rasgos cognitivos y comportamientos de los destinatarios, utilizando para ello diversos soportes tecnológicos.
Vinculada estrechamente con la publicidad está la propaganda política, pues después de las dos guerras mundiales, con éste tipo de propaganda, se pasó a una euforia publicitaria. También es cierto que la confección de carteles y mensajes radiofónicos en especial, mejoró considerablemente.
El elemento central de la publicidad es el anuncio, unidad de comunicación autosuficiente que tiene una particularidad esencial: su brevedad.
Los medios modernos han debilitado en nosotros la capacidad de asombro. La propaganda moderna no se dirige a la razón, sino a la emoción, como todas las formas de sugestión hipnótica procura influir emocionalmente sobre los sujetos para someterlos intelectualmente.
Esta forma de propaganda influye sobre el cliente utilizando toda clase de medios: la incesante repetición de la misma fórmula; el influjo de la imagen de alguna persona de prestigio, por medio del sex-appeal de una muchacha bonita, etc. Todos éstos métodos, no tienen nadad que ver con la calidad del producto ofrecido y debilitan la capacidad crítica del cliente.
La publicidad subliminal, se basa en la percepción subliminal. Hay estímulos que no alcanzan el umbral de la percepción, otros que son percibidos y otros que tampoco se perciben. Si un estímulo luminoso no alcanza el umbral de la percepción, está en la zona de lo «subliminal». Con esto se pretendió llegar a colocar mensajes en la zona de lo subliminal por que llegaba directamente al subconsciente, sin las barreras del conciente.
Desde los albores del periodismo, puede encontrarse en las páginas de los órganos de prensa «avisos» que anunciaban productos comerciales. En la actualidad, la publicidad, constituye una actividad planeada minuciosamente por agencias especializadas, que elaboran estudios de mercado, encuestas, análisis y estudios psicológicos.
Tratando de esta forma de crear necesidades al consumidor, llegando a ser nociva cuando su objetivo apunta a crear artificialmente necesidades de bienes superfluos entre la población.
Fuente: Apuntes de Mercadotecnia y Publicidad de la Universidad de Londres