Los mayas
Maya, grupo de pueblos indígenas que pertenecen a la familia lingüística maya o mayense y que tradicionalmente han habitado la parte occidental del istmo centroamericano, en los actuales estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo (península de Yucatán), Tabasco y este de Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en algunas regiones de Belice y Honduras, zona comprendida en Mesoamérica.
Los mayas no conformaron una cultura homogénea, ya que los distintos grupos, al parecer un total de 28, tenían su propia lengua, aunque todos ellos compartían los ámbitos económico, artístico, religioso e intelectual.
El pueblo maya ocupó un vasto territorio: 900 km de norte a sur, desde la costa norte de Yucatán hasta la del Pacífico, y 500 km de noreste a suroeste, entre la desembocadura del río Usumacinta y el golfo de Honduras. Se distinguen, al menos, tres grandes zonas, cada una de ellas caracterizada por formas culturales específicas y una trayectoria histórica definida: las Tierras Altas de Guatemala y El Salvador, en la costa del Pacífico; las Tierras Bajas del Sur, en los actuales estados de Tabasco, noreste de Chiapas y sur de Campeche, y las Tierras Bajas del Norte, la actual península de Yucatán.
Los centros mayas existieron como auténticos núcleos con edificaciones de templos, pirámides, adoratorios, juegos de pelota, palacios, monasterios y, en ocasiones, observatorios astronómicos, distribuidos en función de plazas, patios y calzadas. Entre los centros mayas más importantes encontramos a los de Tikal, Copán, Uaxactún, Yaxchilán, Piedras Negras, Palenque, Chichén ltzá, Cobá, Labná y Bonampak.
Originaron un asombroso sistema de escritura y calendarios de gran exactitud. Los resultados de las observaciones de los astros, las complejas anotaciones calendáricas y muchas más que no han podido descifrarse quedaron en las inscripciones, sobre todo en las estelas de piedra tan abundantes en el área maya. La lectura de los glifos calendáricos han permitido afirmar que los mayas lograron un acercamiento al año astronómico superior en un diezmilésimo al que tiene el año gregoriano.