Los símbolos
La energía psíquica de la libido se utiliza primariamente para las funciones de supervivencia. Una vez satisfechas estas necesidades, el exceso de energía sobrante se utiliza en la formación de símbolos.
El símbolo no es como se supone una especie de metáfora que sustituye a algo conocido. Los símbolos resultan de una condensación de varios elementos que aportan analogías o representaciones del inconsciente, formando complejos.
En suma, el símbolo puede entenderse como una representación de un complejo. Es el complejo proyectado en forma de imagen.
Es importante destacar que el símbolo es una unidad sintética de significado entre dos polos opuestos: lo manifiesto y lo oculto. Tras su sentido objetivo y visible se oculta otro sentido invisible más profundo. Lo simbólico se puede expresar tanto en el arte gráfico o artístico como en las formas dinámicas de las fantasías, las visiones y los sueños.
Otra función de los símbolos es unir a través de sus imágenes la vida consciente e inconsciente del individuo, a modo de integración.
Por último el símbolo puede también representar la confluencia de los complejos del inconsciente personal y los arquetipos del inconsciente colectivo.
Por ejemplo, se puede considerar el símbolo de la cruz como expresión del amor divino de Cristo, pero la interpretación de la cruz, es simbólica, situándola por encima de todas las explicaciones imaginables, como confluencia de los dos inconscientes, y en el fondo como expresión de un arquetipo.
Fuente: Apuntes Análisis del discurso visual de la U de Londres