Marco Tulio Ciceron
Político, orador y filósofo nacido en Arpiño el año 106 a.C. Su familia poseía cierta fortuna, por lo que recibió una educación cuidada. De joven conoció a oradores famosos y a quienes ejercían el Derecho, y eso lo impulsó a estudiar esa carrera. Su primer triunfo como orador fue la defensa de Sexto Roscio Amerino (80 a.C.). Sin embargo, Cicerón no aprovechó ese éxito y, para recuperar la salud y conocer a otros oradores y filósofos, viajó a Grecia y a Asia Menor.
De regreso en Roma, inició su larga carrera política. Fue elegido magistrado y en ese ejercicio ganó gran popularidad. En 64 a.C. resultó electo cónsul. Sus más célebres discursos fueron las Catilinarias (63 a.C.), Cuyo fin era la condena a muerte de los cómplices de unas revueltas encabezadas por Catilina.
Más tarde Publio Clodio logró la aprobación de una ley que desterraba a cualquier persona que hubiera condenado a muerte a algún ciudadano sin juicio popular.
Esa ley afectó a Cicerón, quien abandonó Roma y vivió algunos meses en Tesalónica y Durazzo. Al estallar la guerra civil que enfrentó a los partidarios de César y Pompeyo, en 51 a.C., Cicerón apoyó al segundo.
En esos años Se dedicó a la redacción de tratados como DE Oratore (55 a.C.), De república (54-51 a.C.) y De legibus (52 a.C.) y prácticamente ya no hablaba en publico.
La separación de su mujer y la muerte de su hija lo sumieron en una depresión que atenuaba a través de la escritura.
Murió asesinado en Formía el 43 a.C., porque Marco Antonio y Augusto, aliados luego de la muerte de César, lo consideraron enemigo.