Mecanismos de la evolución de las especies

Origen de la vida, conjunto de fenómenos que han determinado la aparición de seres vivientes en la Tierra. La idea de un proceso único procede directamente de las teorías evolucionistas de Charles Darwin, según las cuales todos los seres vivos descienden de un ancestro único. La evolución opera a través de dos mecanismos: las mutaciones y la selección natural. Toda especie nueva lleva consigo su código genético.

El código genético es como un programa que hace que cada individuo se reproduzca preservando sus características pero con un número amplio de posibilidades de cambios más o menos importantes.

A estos cambios se les llama mutaciones. Cuando una mutación es «favorable», es decir, cuando permite mayores posibilidades de supervivencia y reproducción, la selección natural opera y el rasgo favorable se perpetúa mediante la herencia.

Cuando la mutación es desfavorable, la selección natural elimina a tales individuos muy pronto, pues no son aptos para la lucha por la vida.

Procesos evolutivos

Muchos restos fósiles de antropoides y seres humanos han confirmado la teoría evolucionista de Darwin. De acuerdo con los hallazgos científicos, no se puede pensar que el ser humano desciende directamente del mono, sino que ambos tuvieron un antecesor común. Durante largo tiempo se pensó encontrar al famoso «eslabón perdido», que vendría a ser algo así como la mezcla del ser humano y el mono.

Los descubrimientos de restos prehistóricos han modificado esta idea simplista, estableciendo hipotéticos y complejos esquemas sobre la filogenia del ser humano.

Tendencias sobre la filogenia son dos: la que sostiene que el proceso de hominización es continuado y lineal; y la que afirma que se produjeron ramificaciones diversas, algunas de las cuales desaparecieron sin dejar descendencia.