Microcuento y anécdota
Se conocen con el nombre de microcuentos ciertas narraciones literarias muy breves, que conservan expresa o tácitamente- los elementos estructurales indispensables para suscitar la expectación; por ejemplo, el salvadoreño Álvaro Menéndez Leal escribió:
«En un pueblo había un hombre que hacía llover a voluntad. Un día, borracho, desató una tormenta, murió ahogado.»
El microcuento, por la brevedad, se parece a la anécdota con la que se diferencia porque ésta narra:
Un suceso gracioso o picante, poco conocido, con el cual se ilustra la vida de una persona cualquiera o se aclaran ciertos acontecimientos históricos.
La anécdota debe ser amena, chistosa y auténtica; como no está encaminada a la expectación ni al final sorpresivo, el clímax casi desaparece. Otros rasgos importantes son la ligereza y la cotidianeidad. Lo anecdótico es simpático, aclarador e intrascendente.
Fuente: Apunte de Comunicación escrita de la U de Londres.